Los muchos universos de Greg Egan

Seres matemáticos que nos amenazan desde el otro lado del universo; la búsqueda de la verdadera Eva, madre de toda la humanidad, a través del ADN mitocondrial; un lenguaje capaz de expresar a la perfección y con una sola palabra cada emoción distinta que sentimos; cuestiones epistemológicas del origen de la creación y lo que define a una personalidad; osados relatos de ontología cuántica. Todo esto, y mucho más, es solo parte de lo que encontramos en los mundos de Greg Egan, misterioso autor que se niega a atender Convenciones de CF, o a platicar con los aficionados del género, y de quien ninguna fotografía existe en todo el internet.

Es casi divertido que Egan probablemente sea mejor conocido como escritor sin par de ciencia ficción dura, ya que en realidad la camarilla de autores de «Hard SF» no lo aceptan como tal (razón por la cual nunca van a ver un cuento de Egan en ANALOG, tediosa revista de de ficción de ingenieros para ingenieros). Sus relatos se atreven a imaginar demasiado, a especular en exceso, lo cual solo pone nerviosos a los fanáticos de la CF dura con sus reglas escritas en piedra sobre lo que es posible y no. La ciencia en los cuentos de Egan, sin embargo, es tan avanzada, tan difícil, tan… dura, que tampoco puede ser considerado parte de los escritores de CF más tradicionales. Autor sui generis, pues, cuya obra aun así es de esencial lectura para cualquiera que desee llamarse aficionado de la ciencia-ficción. En mi opinión, sus saltos y experimentos intelectuales empujan a todo el género a territorios vírgenes, que genuinamente nadie antes ha explorado. Según yo, eso es precisamente lo que todo escritor debería aspirar a lograr, en vez de escribir otra aventura espacial genérica.

Desgraciadamente, aun los lectores que disfrutaban los acertijos de Hal Clement, o del mismo Poul Anderson, es decir, que  tienen idea de las ciencias físicas, pueden llegar a toparse con una pared al intentar descifrar las novelas de Egan. Esto no siempre es cierto, pero desgraciadamente su infame reputación lo precede… y los relatos de Greg Egan tiene la reputación de tener cantidades casi esotéricas de física cuántica (que bordan casi en lo metafísico) que requieren de enorme estudio para ser comprendidos. De nuevo, esto raya en la exageración… pero no siempre.

Intenten leer su novela SCHILD’S LADDER (2001), por ejemplo, y entender las primeras 15 páginas si no tienen un Doctorado en Ciencias. La mayoría inevitablemente no se toma la molestia y abandonan el libro… perdiéndose una aventura bastante emocionante y original. O su novela DIASPORA (1997) donde Egan escribe una descripción de cómo sería una existencia en cinco dimensiones tan elaborada, tan completa (solo le faltaron las ecuaciones) que el lector casi cree poder visualizarla dentro de su cabeza.

Así pues, hablemos hoy de sus cuentos cortos nada más.

A mucha gente no le atrae la Hard SF, con la excusa que no les interesa saber cómo vuela la nave espacial, o cuantas tuercas tiene el robot. O más para el caso especifico, no quieren tener que estudiar un Doctorado en Ciencias cuando lo único que desean es sentarse a leer un libro entretenido por un rato. Lo que quieren son historias sobre gente real. Cuando uno menciona que la «ciencia» en las novelas de Philip K Dick (o en los cuentos de Bradbury), es vergonzosamente inexacta, te contestan que no entendiste el punto. Que a Dick (o a Bradbury) eso no les interesaba. Es cierto, y el argumento es válido. Hasta cierto punto yo lo comparto. Por otra parte, es innegable (por lo menos para mí) que a veces es muy emocionante leer un cuento que logra contar una historia sobre gente real, que nos habla de la condición humana, y además lo hace mientras juega con las reglas de la ciencia verdadera. Este tipo de cuentos logran crear un genuino «sense of wonder», tan elusivo en estos días, pues tratan más bien sobre Ideas. Ideas grandes, absurdamente grandes. Ideas imposibles. Ideas como las de aquellos pioneros del género de los años 30s, que no se preocupaban si alguien los tomaba en serio, y que más bien parecían delirios de loco, galaxias enteras moviéndose una contra la otra, viajes de un extremo del universo al otro, guerras que duraban diez millones de años… solo que ahora basándose en la más exacta y rigorosa ciencia. De muchas formas, es la verdadera diferencia entre Ciencia-Ficción y Fantasía. Si no puedes explicar cómo funciona tu maquina del futuro, exactamente en qué se diferencia eso de una fantasía descarada? Tu ciencia de tele-transportación, marca Star Trek, es el equivalente de la magia de Merlín, o no?

Existen tres colecciones indispensables de los cuentos cortos de Egan: AXIOMATIC,  LUMINOUS, y OCEANIC. (Existen otras como OUR LADY OF CHERNOBYLDARK INTEGERS, y CRYSTAL NIGHTS, pero les paso el tip que ninguna de estas son necesarias, pues repiten la gran mayoría de los cuentos de las tres que menciono. Si compran esos tres libros ya tienen todos los cuentos de Egan). Un brevísimo análisis de los cuentos nos demostrara porque las historias de Egan son diferentes a cualquier otro escritor.

Por ejemplo, «Learning to Be Me», donde al protagonista, cuando tiene 6 años, sus papas le dicen con cariño que hay una joya negra dentro de su cerebro, creciendo con él, aprendiendo a ser el. La joya «listened to the whisper of my thoughts. It read the chemical messages carried in my bloodstream. It saw, heard, smelt, tasted and felt the world exactly as I did. Why? So that when I could no longer be me, the jewel would do it for me.» Cuando uno llega a la edad adulta (la edad biológica cuando el cerebro empieza a decaer) uno «cambia», y remplazan su cerebro orgánico con esta red neural y listo: inmortalidad garantizada. El nuevo cerebro es idéntico al anterior, piensa igual, reacciona igual. Tiene los mismos recuerdos y sentimientos. Personalidad idéntica. De hecho, cree que es el mismo. Pero lo es? O acaso la persona original muere cuando la materia orgánica es destruida y todo mundo está cometiendo suicidio al cumplir los 30? Al igual que GHOST IN THE SHELL se preguntaría casi una década después, qué es lo que en realidad hace a una identidad? Como se preguntaría un niño… Qué te hace a ti ser tu? La secuela, «Closer» (o como siempre le he llamado, «Learning to Be You») en realidad no es tan buena, en mi opinión.

Por ejemplo, «TAP» (que significa Total Affect Protocol) y que trata de un lenguaje perfecto, que es capaz de expresar cada sensación y emoción por confusa que sea (para el TAP no es confusa) por compleja que sea, en cualquier momento, La emoción que tienes ahorita al leer este blog no es la misma que si lo lees hoy en la noche después de un largo día de trabajo. Pero cómo describes esa emoción… no con un manojo de frases torpes e inexactas, sino con solo una palabra. Esta es tan solo la premisa de fondo. La historia en sí parece más un police procedural, cuando seguimos una investigación criminal de la muerte de una reconocida poetisa TAP, mientras se discute un proyecto de ley que autorizará a los padres a implantar el chip TAP a menores de edad.. El misterio es intrigante y la lista de sospechosos enorme. Los motivos y el medio no tanto (quizá una palabra TAP que significa muerte, tan perfecta que literalmente logra matar al que la escucha?).

Por ejemplo, «Axiomatic». donde las personas pueden comprar implantes cerebrales para alterar su personalidad. A diferencia del CD-ROM de THE MATRIX que le enseña a Keanu Reeves kung fu, aquí no son solo habilidades sino toda tu personalidad, tu identidad misma, la que demuestra ser nada más que una simple combinación química dentro de tu cerebro. Una combinación arbitraria que puede ser alterada y manipulada con relativa facilidad. Cuál es el valor de tu persona, de tu misma consciencia, en ese caso? Qué es lo que en realidad constituye una elección moral? Como pueden ver, esta no es la CF de nuestros abuelitos. Greg Egan sencillamente es el principal explorador (casi obsesivo) de temas epistemológicos y metafísicos dentro de la ciencia-ficción hoy por hoy, introduciendo frecuentemente en sus historias conceptos que cuestionan la realidad a nuestro alrededor que pondrían hasta a Philip K Dick nervioso. De los 18 cuentos en AXIOMATIC, yo diría que un tercio son obras maestras.

De las tres colecciones, LUMINOUS es mi favorita aun cuando solo incluye una decena de relatos, pues todos son obras maestras. Incluye la homónima «Luminous» por ejemplo, que se basa en los extremos mas obtusos de las matemáticas. Son las matemáticas creación de la mente racional humana, o son acaso un elemento inherente del universo pre-existente? El protagonista especula que ya que cualquier concepto matemático puede ser visualizado en un sistema físico (aun si es únicamente la mente de la persona pensándolo) entonces el estado caótico del universo primordial, cuando todavia no existía vida alguna, puede representar ideas matemáticas contradictorias que persisten hasta nuestros días como errores en la tela del universo. Nuestros teoremas, los que confirman nuestra visión del universo y la realidad, inevitablemente contradicen otros y por su mera existencia amenazan con su existencia, por lo cual… contraatacan. Este cuento, al igual que su «Dark Integers», trata con la idea que las matemáticas mismas pueden ser maleables. Lo que primero nos parece ridículo (el lenguaje puede variar de un lugar a otro pero qué podría ser mas solido y universal que la aritmética básica? 2 + 2 son igual a 4 aquí y en China y en Marte y en la galaxia de Andrómeda, o no?) acaba como un ejemplo del más puro horror epistemológico.

Incluye «Mister Volition» (que a primera vista parecería ser solo una mera variación de «Axiomatic» pero que resulta algo mas) donde un criminal desea encontrar la esencia misma de su yo. Esa parte de su personalidad que está completamente libre de actuar sin preocuparse por las reglas de la sociedad. Mas que el proverbial Id, está buscando el verdadero ser. Utilizando un aparato que le permite examinar sus procesos mentales eléctricos en tiempo-real, se lanza a la máxima aventura interior… y solo encuentra que no hay nada, nada más que algunas células vibrando ciegamente; ningún emperador de la mente fundamental, ningún Übermensch primordial generando su propio sistema de valores, dando voluntad a sus acciones. Nada.

Incluye «Cocoon» otro fascinante police procedural que al mismo tiempo logra convertirse en un estudio de la homofobia contemporánea, cuando una compañía intenta prevenir el nacimiento de bebes homosexuales. Incluye la sorprendente «Reasons to be Cheerful», que alegremente deconstruye el amor y la felicidad humana a sus ingredientes químicos más básicos. A algunas personas quizá les vaya a parecer demasiado deprimente (personalmente yo lo encontré electrizante). El cuento trata sobre un fatal tumor cerebral que causa, como efecto puramente colateral, un estado de placer perpetuo en la victima. Es decir, acepta estoicamente que va a morir inminentemente no por ser valiente o poseer una madurez sorprendente, sino únicamente por un mero accidente químico cerebral. El momento que es curado, este estado se pierde. (Cuando uno es bipolar por lo menos puede disfrutar los momentos de euforia. Aquí el protagonista nunca más será feliz). Se requiere pues, una cura para la cura, y eso es exactamente lo que recibe. Una red neural que le permite regular los estados bioquímicos dentro de su cerebro para poder volver a sentir placer. El protagonista se da cuenta entonces de el hecho que cuando te enamoras de otra persona, o ves el rostro de tu bebe recién nacido, no hay nada mágico o transcendental al respecto. Todo es una simple cuestión mecánica. Imperativa biológica y ya. Como programar una maquina y nada más. De nuevo, a muchos románticos de corazón no les agradó este cuento.

El libro culmina, por si fuera poco, con «The Planck Dive». Ya mencioné que LUMINOUS quizá sea su mejor colección, pero aquí es donde me doy cuenta que en realidad es la más difícil, la más inaccesible. Las ideas de éste cuento (así como de «Luminous») son tan enormes que son casi abstractas. En este último cuento, personalidades digitales (del mismo universo de las novelas PERMUTATION CITY y DIASPORA) se introducen

al interior de un horizonte de eventos dentro de un hoyo negro para registrar la experiencia por sí mismos, aun cuando la información jamás podrá escapar la singularidad (en términos de relatividad general, los eventos de un lado del horizonte no pueden afectar a un observador situado del otro lado de la frontera espacio-tiempo). Muy curiosamente, justo por estas fechas, Geoffrey Landis escribió y publicó un cuento muy similar (e igual de inescrutable) llamado «Approaching Perimelasma».

Los únicos cuentos de Egan que permanecen sin colección son  «Dust» y el ya clásico «Wang’s Carpets», ambos de cosmología de altísimo nivel especulativo. La razón es que ambos terminaron convirtiéndose en capítulos de novelas de Egan. El primero en PERMUTATION CITY y el segundo en DIASPORA. (Aun así, «Wang’s Carpets» acabó compitiendo por un Hugo ese año. En el lejano futuro 10 mil naves han salido de la Tierra en una diáspora masiva en busca de vida inteligente. Cada nave tiene al mismo pasajero, clonado 10 mil veces. Uno de ellos encuentra vida en un planeta acuático. Un tipo de vida que al principio parecen simples, pero al igual que figuras de geometría fractal revelan cada vez más detalles y mas información, lo que a su vez solo revela aun mayores niveles de complejidad que concluyen al fin con insólitas ideas de antrocosmología: quizá el universo entero fue creado espontáneamente por la inteligencia humana al adquirir consciencia de sí misma. Quizá otros seres, sin embargo, existen con sus propias concepciones del universo… )

Debo entonces admitir que el punto de entrada ideal a los mundos de Egan quizá sea su colección más reciente, OCEANIC. Egan se retiró de la escritura (por razones varias) durante 5 años. Cuando regresó parecía estar ligeramente más interesado en sus personajes que en sus insanas ideas. Sus cuentos son más humanos, muchos dijeron (y quizá no tan sorprendentemente fue cuando finalmente comenzó a ganar premios). Yo no estoy tan seguro que el nuevo Egan sea una versión mejorada, pero aun así su obra mantiene un alto nivel. El cuento homónimo, «Oceanic», por ejemplo, ganó el Hugo a la Mejor Novela Corta del 98, no solo porque su premisa central es mas sociológica que matemática, sino porque la trama en si es buena. Un hombre que cree en Dios se da cuenta que toda su fe proviene de una fuente científica. Interesante variación sobre un tema viejo, debo admitir.

Por favor compren por lo menos una de sus colecciones y decidan por sí mismos. Si son de su agrado, ya podrán elegir si leer sus novelas es algo que les pueda interesar (o no). Varias de las ideas y conceptos que aparecen en su ficción corta acaban siendo canibalizadas para sus novelas subsecuentes. Como ya dije, PERMUTATION CITY evolucionó de «Dust», mientras que DIASPORA surgió de «Wang’s Carpets». Asimismo, DISTRESS le debe una enorme deuda a «Silver Fire» y «Chaff». El problema con algunas de esas primeras novelas, por atrevidas que son, es que sus tramas nunca parecen igualar sus enormes ideas. Es por eso que prefiero, y por mucho, sus cuentos, que por lo menos ocupan menos de mi tiempo. (DISTRESS, por ejemplo, es una de las poquísimas novelas que conozco que parecen perder momento una vez que su trama comienza propiamente). Egan tiene tal don para las ideas que casi es una lástima que tenga que contar una historia. Aun con esta dificultad para contener sus ideas dentro de los limites de sus tramas, sus libros acaban ofreciendo mas entretenimiento intelectual que media docena de novelas normales.

 

Armando Saldaña Salinas

 

(Publicado originalmente en https://postcardsfromtheedge-armando.blogspot.com/2011/06/los-muchos-universos-de-greg-egan.html y reproducido con permiso del autor)

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