La construcción del muro se fue atrasando más y más porque el material desaparecía.
Mientras tanto del otro lado del muro, del lado equivocado, muchas casas aparecían renovadas, con paredes o habitaciones nuevas. También casas enteras. Una hilera de robots aparecieron una mañana a lo largo de la frontera. Eran de diferentes modelos, algunos bípedos otros con más patas, o con ruedas u otros mecanismos. Todos equipados con sensores de movimiento, de calor, de infrarrojos, etc. No tenían miedo a la muerte y disparaban a la menor provocación.
En las altas esferas del government se discutió la posibilidad de olvidar la construcción y quedarse únicamente con los robots. Fue considerada una buena idea hasta que estos comenzaron a desaparecer y a reaparecer en peleas clandestinas a las afueras de los poblados, allá, del lado equivocado del muro.
Jorge Chípuli