El viejo Stanislaw conecta a Ciberiada,
ésta tose hojuelas de chatarra y luego
recoje los residuos de alguna civilización.
Es un trabajo arduo para nuestra amiga,
son montones de sistemas inservibles
cuyos circuitos de sentimientos se acumulan
en bobinas y antiguos radios de transistores.
Stanislaw también conecta al Electrobardo,
le han dicho que la poesía puede salvar al mundo
pero han pasado nanosegundos, años luz
y el mundo gira en torno a los apocalipsisis literarios.
El Electrobardo se regocija porque su sistema
es el único del que salen elevados poemas.
Los poetas verdaderos se exiliaron a otra galaxia,
otros, según cuenta Ciberiada, se suicidaron.
Hay veces que uno puede mirar al firmamento
y exigir con una tarjeta de inspiración
que el Electrobardo recite poemas que se vuelvan
explosiones de estrellas y metafóricamente
se crea que aún podemos salvarnos.
Hortensia Carrasco Santos