Despertaste transformado. Rabioso, tu padre te dio una cruel golpiza. Te condenaron a la discriminación, hostilidad y abandono. Ahogado en tristeza y colmado de culpa te sentías el más miserable. Te cansaste de ser el bicho raro y vestido de arcoíris, para el bien de todos, colgado decoraste tu cuarto. Gregorio, hoy nadie te extraña.
Alejandra Dávalos
Felicidades Ale , me gustó Gregorio S
Que buena terapia escribir, soñar, reflexionar
Abrazo grande Lic
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