Godzilla (1978-79)

Después de la delirante experimentación cultural de los 1960’s, la década siguiente refinó muchos de aquellos ideales y a otros los envasó y etiquetó para su consumo accesible. Los setentas trajeron la consagración de la TV en muchos hogares del planeta, y el sentimiento de  urgencia hacía atender los problemas ambientales, lo cual permeó de forma positiva en el desarrollo de occidente. Fue así como Estados Unidos creo la Agencia de Protección Ambiental (1970), conocimos el “Mundo Submarino” de Jacques Costeau (1975), y  en el cine, cobró auge el género de desastres, donde la furia de la naturaleza ponía a prueba la capacidad de los seres humanos para sobrevivir el ataque de abejas, pulpos gigantes, murciélagos, osos, arañas, ratas, ranas, y un tiburón cuyos descendientes siguen plagando las pantallas casi cincuenta años más tarde.

En este entorno cultural y social, Joseph Barbera (el 50% de esa máquina de hacer caricaturas baratas, pero lucrativas, llamada Hanna-Barbera) puso su atención en uno de los monstruos más populares del cine, y que hasta la fecha es propiedad de Toho: Godzilla. El rey de los monstruos ya había terminado su primera época (la Showa, con dieciséis películas) y había suficiente material para que el productor de esta nueva adaptación tuviera un patio de juegos atractivo. La responsabilidad fue tomada por el veterano artista gráfico Doug Wildey (quien ya había tenido gran éxito creando a “Johnny Quest”) contando en su equipo con los guionistas Dick Robbins (autor de numerosos capítulos de “Los Superamigos” y “El Hombre Araña») y a Duane Poole (con amplios créditos trabajando junto a Robbins, y por su cuenta en “Jana de la selva”) y en la dirección de arte a Iwao Takamoto (creador de “Scooby Doo”), por mencionar sólo algunos de los responsables de la bastante larga la lista de personas que colaboraron en esta producción.

La serie parte del barco hidroala  “Calico” (evidente referencia al “Calypso” de Costeau, equipados ambos con un minisub y un helicóptero) tripulado por una especie de familia de oceanógrafos: La Doctora (suponemos que en biología marina, aunque también le hace a la geología y a la química) Quinn Darien, el capitán Carl Majors (probable referencia al actor que encarnaba al también setentero «Hombre Nuclear», y pareja de Quinn), Peter Darien (sobrino de la doctora y con quien fácilmente los niños podrían identificarse), Brock Borden (asistente de la doctora y piloto de helicóptero y submarino, perpetuando de alguna manera el estereotipo de chofer afrodescendiente) y como ingrediente final, para no dejar de estar a tono con otros equipos de investigadores de la casa, Godzooky, basado en el hijo de Godzilla (1967) pero con la gran diferencia de que este pequeño kaiju puede volar y es en realidad sobrino del monstruo que da título a la caricatura.

Respecto al Rey de los Monstruos, este es planteado como un gigantesco dinosaurio terápodo, carnívoro y anfibio, cuya altura parece variar de un capítulo a otro y que se desplaza a velocidades imposibles para su tamaño (llamemos a la suspensión de la incredulidad mejor), quien puede comunicarse de forma inteligente con los tripulantes del barco, a través de su sobrino como traductor; y que tiene como superpoderes el lanzar fuego (en vez de aliento atómico tras encender sus crestas, como en el cine) y visión calorífica al estilo de Superman. Podríamos pensar que el “hablar” con gruñidos, la superfuerza y el ser color verde brillante, eran características prestadas del Increíble Hulk que había debutado un año antes en TV, pero le damos el beneficio de la duda.

La Calico viaja a través de varios continentes y se encuentra en algún momento con un misterio que puede ser un fenómeno geológico o atmosférico, detrás del cual generalmente hay un monstruo gigante involucrado, con su buena dosis de continentes perdidos, islas mágicas e incluso extraterrestres, en el mismo tono que las películas japonesas ya habían establecido.  Para ellos, después de decir “Sólo Godzilla podrá salvarnos” el Capitán Majors activará una radio señal que llama al mencionado kaiju, o en su defecto de no ser posible hacerlo, será Godzooky quien aullará para hacer venir a su tío.

Godzilla enfrentará a varios monstruos gigantes en su primera temporada: al Pájaro de Fuego cuya nidada en el ártico podría causar un deshielo catástrófico (eco del Rodan de 1964); al Comedor de tierra causante de los temblores de San Francisco (subterráneo como el Anguirus de 1959); a las criaturas de piedra de Egipto con su aliento congelante en medio del abrasador desierto; a los monstruos Megavolt en la isla de Bali, al monstruo alga en el Mar de los Sargazos que puede regenerarse partiendo de unas cuantas células; al Monstruo Magnético en la Antártica, a un doppeganer extraterrestre;  y a un auténtico Abominable Hombre de las Nieves, el Gran Watchuka (adorado por homínidos peludos de los Himalayas). También se encontrará con las islas perdidas de la Atlántida (viajeros de otra dimensión), la isla perdida del Cíclope (inspirado por el Ray Harryhaussen), y la isla de las Sirenas (como las Shobijin que invocan a Mothra, pero estas son griegas y malintencionadas) e incluso a causa de un satélite, volverán en el tiempo al Mesozoico en el final de temporada. Probablemente el capítulo más interesante de la primera temporada sea el de “La bestia criadora” (versión caricatura de Hedorah), donde en un derrame de petróleo que afecta a la fauna, muta una amiba que se alimenta de oro y se dirige a la sede del gobierno americano en Washington. Especular sobre una denuncia hacia el lobby de los combustibles fósiles y el verdadero costo de su financiamiento e influencia en el Estado a nivel mundial, se antoja fácil.

La segunda temporada propondría algunos cambios a la animación, que a ratos tenía deficiencias: Se nota un mayor cuidado en las perspectivas y anatomía, y en un par de historias se proponen ideas que también le deberán un tanto a la influencia del cine del 007. Entre el ejército de monstruos hallaremos a Axor en Canadá (una cobra bípeda que hipnotiza a los humanos, precursora de Vértigo, del videojuego Primal Rage), los Guardianes Dorados en Tailandia, una araña gigante (eco de Gimántula), Moonlode (una versión lunar de King Kong), peces y un cangrejo gigante (las Macrobestias que recuerdan a Ebirah) y los lagartos Magma de Hawai; de nuevo hallaremos lugares perdidos como la Ciudad de las nubes, cuyos habitantes tratarán de usar a Godzilla en su beneficio, pero tal vez el cambio de tono más significativo se aprecie en episodios como “Los clones del Calico”, donde un científico loco digno rival de James Bond, crea réplicas de la tripulación; “Barco Fantasma” que trata de un submarino congelado desde la primera guerra mundial, y cuya tripulación decide finalmente rendirse al saber que la guerra terminó; “La Ballena Cyborg” auténtico avant garde tomando en cuenta la ciencia ficción de los finales de los 1970’s; pero sobre todo “La isla de la perdición”, donde la organización terrorista Cobra amenazará al mundo con su ejército paramilitar, clarísimo antecedente de lo que después haría famosa otra caricatura americana en la década siguiente. Es interesante que en esta temporada Godzilla es rescatado varias veces por la tripulación: una al ser expuesto a un sustancia que reduce su tamaño (al estilo “El hombre menguante”) y de nuevo en la Ciudad de las nubes y ante el ataque de los Guardianes Dorados. La caricatura dejó de transmitirse en Estados Unidos en septiembre de 1981 para ser reemplazado en el horario por Los Pitufos, pero continuó apareciendo en las pantallas a lo largo de la década y sería retransmitido a través de cable desde 1993.

Godzilla regresaría al cine para iniciar la era Heisei en 1984. El kaiju amigo de los niños que a veces habla con otros monstruos y hacer el baile de la victoria quedaría fuera de continuidad, siendo esta etapa una continuación directa de la cinta que para ese entonces ya tendría treinta años de haber sido estrenada, como una metáfora de las armas nucleares.

Actualmente es posible ver las dos temporadas de esta animación en el canal de Youtube oficial de Godzilla Toho, en inglés, en este link: https://www.youtube.com/watch?v=bR2rxV1wxZE&list=PLg0UgpeODbGF3tBK0IVKOfzTM_DOpu7pE&ab_channel=GODZILLAOFFICIALbyTOHO

Solemos decir que muchas cosas que nos gustaban de niños, no resisten el paso del tiempo o no nos parecen tan buenas cuando las volvemos a ver de adultos. Puede ser porque  envejecen mal (es decir, se quedan con valores o ideas que son demasiado producto de su tiempo, y que fueron probadas erróneas) o que simplemente desde un inicio no fueron tan buenas, pero como las vivimos en un momento feliz de nuestra vida, las recordamos de forma sobrevaluada. Pero en el caso de su servidor, “Godzilla” es tan simple y entretenida como en su momento me lo pareció hace más de treinta años.

Abraham Martínez

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s