Para distraernos de existir entretenidos.
Oh, sabio algoritmo, destínenos.
Para encontrar nuestras direcciones de destino.
Oh, sabio algoritmo, destínenos.
Para no olvidar los cumpleaños ajenos.
Oh, sabio algoritmo, destínenos.
Para no resultar excluidos por ser o decir.
Oh, sabio algoritmo, destínenos.
Para que la ingeniería social no nos estafe.
Oh, sabio algoritmo, destínenos.
Para comprar las cosas inútiles que nos gustaron.
Oh, sabio algoritmo, destínenos.
Para no decaer en las pantallas sonámbulos.
Oh, sabio algoritmo, destínenos.
Para ser recordados por propios y extraños.
Oh, sabio algoritmo, destínenos.
José María Rodríguez