Cowboy Bebop

Uk se puso a ver anime de ciencia ficción y entre eso se encontó una serie, obviamente japonesa, Cowboy Bebop. Tiene sus añitos, es del siglo pasado, del 98 para ser más exactos, esta obra dirigida por Shinichiro Watanabe es un serial de capítulos cortos casi siempre autoconclusivos que nos muestra las aventuras de un equipo de cazarecompensas en un futuro no tan lejano.

He leído reseñas y críticas donde se quejan de lo inconexo de algunos capítulos e incluso llegan a mencionar que hay capítulos de relleno, muy respetable, pero creo que no va por ahí, así que, suerte, vaquero, empezamos con nuestra revisión a esta recompensa.

Pienso que no hay que pedirle tanto a una serie cuando el obejtivo principal de esta es el entrtenimiento, objetivo que cumple con creces porque la serie, aunque tiene su lado melancólico, es una delicia en el manejo del humor que no falta en prácticamente cada escena de la obra. Así que aquí no hay queja por eso. El arco narrativo sigue al personaje principal, Skipe Spiegel, en sus aventuras como cazarrecompensas a bordo de la nave “Bebop” en compañía del resto de los personajes. Y ese unos de los puntos fuertes de la serie: los personajes. El diseño de estos es un agasajo porque cada uno tiene sus características gráficas pero no se detiene ahí, la personalidad es redonda y se complementa o se contrapone con las personalidades del resto del equipo dando como resultado una dinámica muy divertida en cada interacción entre ellos.

La animacón ni para qué te la menciono, es de lujo, ya conoces la meticulosidad en el detalle de las series japonesas y esta no es la excepción, las escenas de peleas, que en algunas ocaciones hacen pensar que Matrix se inspiró en varias de ellas; los escenarios, las naves, las persecuciones, todo hace que valga la pena ponerle atención al detalle.
La música es otro de los aciertos de la serie desde los acordes iniciales que, si tienes los años suficientes pensarías que vas a ver las caricaturas de los Picapiedra, pero un par de segundos más adelante el tono muta a unos acordes de jazz muy sabroso y envolvente. Y no sólo en el intro, a lo largo de la serie la música complementa a la perfección el tono del capítulo y estos, como su banda sonora, vienen en surtido rico.

Y ahora sí, entremos en la construcción de la serie, el arco narrativo es en sí lento, se toma su tiempo en presentarnos a los personajes en medio de su vida cotidiana, así, vemos que lo que es una dupla formada por Spike y el capitán, y cocinero, y mecánico, e intendente y etcétera del Bebop: Jet Black, en un incio, lentamente por el azar de los capítulos va sumando integrantes: Ein, un perro superdotado; Faye Valentine, una chica que tiene, como todos los personajes, un pasado intenso y misterioso que se une a llos y hace equipo para cazar recompensas; Ed, uno de los personajes más descahevtados de la serie e intrigante también porque en un inicio no sabemos definir si es niño o niña por su comportamiento y fisonomía tan andrógina. Y aquí es donde afirmo que la serie se trata más de mostrar su vida como cazarecompensas, de ahí el “cowboy”, que la vida de alguno de ellos en particular.
Y aunque la serie se mueve entre lo divertido, lo nostálgico, el existencialismo, la culpa y un montón de otros temas más, me llamó sobremanera la atención el hecho de que esa construcción fue una trampa en que uno como espectador cae redondito ya que uno se habitua tanto a la convivencia del equipo que (spoler alert) cuando lo vemos desintegrarse duele esas separaciones, a la vez que sorprende la enteresa en que todos toman esa separación. Entre ellos, aunque exiten los afectos, no existe el apego. Y esa es una lección genial sobre todo para quellos que pecamos de ser codependiententes obsesivos compulsivos. Digo.

Y, regreso al inicio, aunque el arco narrativo sigue a punta de breves y reiteradas retrospectivas (flashbacks para la raza) la vida de Spike, ese es el motivo principal para que la serie cierre con la resolución, en el presente, de sus vidas y tribulaciones pasadas.

Y una vez llegado a este punto, no me queda más que reconocer la habilidad narrativa de este tipo de material, en el que te pueden brindar un coktel de emociones, desde la gracejada más pueril, hasta los sentimientos más melacólicos que puede taravezar cualquier humano. Bueeno, a no ser que seas un otaku empedernido. Que, por cierto, si eres un otaku empedernido, aquí tienes bastante material para llevar a cabo otras de tus finas fantasías.

Good look, Cowboy.

Samuel Carvajal

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