para D.L.
Preludio
Este es nuestro vals en la casa de los relojes del fin del tiempo
Allí los segundos alimentan los motores de la urbe cósmica
Infinitos autómatas viven una vida sincrónica, distante y fría
Marcan su continuo los pulsos convalecientes de fe absoluta
No escuchan, no atisban las armonías que trasiega la genialidad
Al creer en mecánicas te vuelves un anónimo engranaje más
…y propones…
Seamos más allá del absoluto que aparentan las partes de la música
Que el acorde último de nuestro vals inicie la música de las esferas.
I. Lumen
Autómatas rasgados por una luz
presente
omnidireccional
eterna
Mecánicas caen ante el susurro
sphaera
Absolutos se disuelven con el verbo
est
Relojes rendidos bajo el súcubo
figura
Acordes finales del val es un inicio
perfecta
Lux es el sueño
nuestro
donde apóstatas
nos alzamos
Lux es el aviso
tuyo y mío
donde rebeldes
nos creamos
Gloria a la forma perfecta
que así fue en el principio
Y ahora y por siempre
por las eras y eras
…la esfera es el lumen.
II. Escape de la atmósfera
Apenas era el primer día
cuando sabiamente tejiste
tu navío crepuscular
construido con historias
Maderamen hilado con palabras de décadas
Mástiles erguidos con aprendizajes
Velas listas para las palabras del viento
Timón elaborado por los años vividos
Bauprés listo para apuntar a lo que será
Tomaste el timón silenciado
falto de compañía viajera
estaba yo varado en la infinita playa
Admirando la obra hecha por tu voz
Quilla construida para danzar entre estrellas
Mascarón montado sobre hombros de gigantes
Anclas aún dormidas soñando con no despertar
Escotillas abiertas para invitar astros fulgentes
Brújula lista apuntando al futuro estela
Tendiste una mirada cósmica
invitación sideral para viajar
Estaba yo varado en eterna duda
Sopesando una mera posibilidad
Terminaba el primer día
cuando sabiamente enunciaste
un nombre único
construido con historias
Rendido por el llamado
ascendí
al navío crepuscular
soltamos las amarras
del abrazo de gravedad
Rendido por el llamado
trascendimos
en el navío sideral
liberamos las capas
del límite terrestre
Tomaste el timón eufórico
lleno de compañía viajera
dejamos atrás la infinita playa
de la humana necedad
Verbos recorrieron las sendas solares
Adjetivos se solazaron entre asteroides
Sustantivos renuentes abrieron el camino
Velas hinchadas con las palabras del viento
Iniciábamos un viaje
una historia
entretejida
III. Bailando en las estrellas
Giran y giran las bóvedas en bóvedas
Acarrean celestes misterios geométricos
Navegantes ignotos cruzan abismos
Nocturnos viajeros en briosas corrientes
Tomemos el navío etéreo
Naveguemos más allá de los azares terrestres
Icemos las velas que atrapan siderales cadencias
Dame una mirada naciente
una pausa que anhela paz
el bailar entre soles y planetas
la música de las esferas
¿No me susurraste el sueño del continuo?
¿No fuiste tú quien quiso vestirse con los anillos saturnales?
¿No dejaste sueltos en el mundo los filtros de tu catalejo en pos de una promesa?
Giran y giran las bóvedas en bóvedas
Acarrean celestes misterios algebraicos
Navegantes ignotos cruzan simas
Nocturnos viajeros en animadas corrientes
Tomemos el navío sideral
Naveguemos más allá de las angustias terrestres
Icemos las velas que atrapan cósmicas armonías
Dame tu mano dubitativa
Intentemos un primer paso tambaleante
al bailar entre soles y planetas
la música de las esferas
¿No te susurré la herida de los ángulos?
¿No fui yo quien quiso fulgurar con el halo de la corona solar?
¿No dejé sueltos en el mundo páginas en blanco en pos de una promesa?
Giran y giran las bóvedas en bóvedas
Acarrean celestes misterios numéricos
Navegantes ignotos cruzan precipicios
Nocturnos viajeros en alegres corrientes
Tomemos el navío universal
Naveguemos más allá de las sombras terráqueas
Icemos las velas que atrapan infinitas cadencias
Dame tu mirada esperanzada
Intentemos un viaje inolvidable
al bailar entre soles y planetas
la música de las esferas
Construyamos el sueño de continuo
Curemos las heridas angulares
Vistámonos con los anillos saturnales
Fulguremos más que la corona solar
Recuperemos los filtros y el catalejo
Rellenemos hojas con historias del ahora
Y de las promesas que serás, soy, seremos
Giran y giran las bóvedas en bóvedas
Acarrean celestes misterios matemáticos
Navegantes ignotos cruzan acantilados
Nocturnos viajeros en felices corrientes
Tomemos el navío soñado
Naveguemos más allá de la cuestión terrestre
Icemos las velas que atrapan polifónicos murmullos
Dame la presencia aún ausente
Intentemos un viaje sin final
al bailar entre soles y planetas
la música de las esferas.
Coda – Amanece la Tierra
porque amarás en los soles binarios
los unos y ceros cantan
el arrobo del algoritmo genético
me sonrío
hijo de la era de la razón
amantes de la gaya ciencia
compañeros en una saga tecnológica
bit a bit nos encantan
caso fortuito anida en correlaciones imposibles
suceden
ocurrimos
¿evento computable?
¿azar en los mares de probabilidad?
dices que anochece en las hexalunas
los números y letras componen
el lema de nuestra heurística unida
soñada
me sonrojo
a través de ojo del cursor
parpadean los verdes caracteres
pulso a pulso empujan al viento digital
un mensaje corazón
pulso a pulso se alargan los segundos
¡Aleluya! ¡Aleluya!
los dos arcángeles azules marcan que la imagen fue leída
Eduardo Omar Honey Escandón
Poema ganador del 9no Concurso de cuento y poesía de ciencia ficción «José María Mendiola» 2022