Existe esta película grabada en blanco y negro con poco presupuesto, cuyo director, guionista y productor es Shinya Tsukamoto, comienza con imágenes extrañas de alguien que parece estar sudando mucho y sufriendo (no sabemos sí es de dolor o de placer), y con ello procede a hacerse una herida y después se injertando una barra de acero forjado en su pierna, y después de ver esta extraña secuencia escuchamos rasguños, estática y vemos cables unidos, para que notemos que la pierna con el injerto de metal está llena de gusanos que se arrastran por la carne, y después escuchamos el grito de la persona que se puso su injerto. No cuento más porque de aquí en adelante ya nada tendrá sentido, y con ello es probable que se requiera ver la película varias veces, pero tener estómago fuerte en ello, porque puede haber escenas muy fálicas y taladrantes y desde ahí podríamos preguntarnos de qué se trata esto que estamos viendo. Quisiera decirles que esta película es con una narrativa occidental, lineal, y comprensible a la primera para que la puedan masticar, pero hacer eso sería hacer menos la película, y a las exigencias de quienes buscan masticar tuercas, tornillos y alambres, por ello taladra en nuestra mente como si estuviéramos dentro de una obra negra donde el cemento, las chispas y los cables de plástico están por caer. Aun así todo fan y estudioso de la ciencia ficción se debe acercar a ver esta película aunque sea una vez en la vida para quedar con cierta movilidad, expectativa, reflexión, y sobre todo, extrañamiento, novedad e incertidumbre, porque las preocupaciones del guionista quedaron reflejadas en cuanto a una sociedad hipermodernizada.
Como excelente película de bajo presupuesto, los recursos visuales son ejecutados de tal manera dentro de la edición que se quedan tatuadas en el cerebro, y recursos tan sencillos como lo es la animación de cuadro por cuadro, no requiere mucho para dar equivalencia de guamazos robóticos, de transformaciones extrañas, de sueños hologramáticos y holográficos que recuerdan nuestro encierro actual. Y con tan solo cuatro personajes logramos todo: el oficinista, el fetichista que se enterró el metal, y como incidental, la mujer que ya tiene su transformación completada, se sobreentiende que todos son seres originalmente de carne y hueso, pero que el hierro y metal los va poseyendo, así se entiende que todos son personas que evolucionan de la carne al hierro, y por ello no importa que primer diálogo tarde más de diez minutos en aparecer, hay un momento en el que la ciudad y el mundo se siente enfermo porque lo orgánico deja de ser. Y no se hablan de robots o de mechas, sino de lo orgánico convirtiéndose en hierro y metal. Entre obsesiones del interior y exterior de los personajes, imágenes convulsas, movimientos que quizá parecerían caricaturescos pero que ayudan a la narrativa de la película, de ahí debemos determinar que tanto es un sueño, cuanto es realidad, o cuanto es lo que ya nos comieron estos seres que no saben si son de metal.
Relacionándolo un poco a ello, hace poco murió Kentaro Miura (creador del manga y anime “Berserker”), y con ello podríamos reflexionar en algún momento podremos hablar y reflexionar del hecho de trabajar hasta agotarse, o de pelear contra el sistema, o de exigir a tus actores que trabajen hasta morir, o de exigir como creador el llevarte al límite para convertirte en algo tan frío como una máquina o un ser inorgánico y vacío (queriendo que no, hay mucho de ello en la película) y esto lleva a preguntar y reflexionar si ello vale la pena dentro de una sociedad a la que se tiene que rendir perfección, y que ello merme en la psique de sus creadores.
Diversas fuentes indican que todos los actores terminaron agotados por las exigencias del director, y dejando de lado cuestiones que tienen que ver con procesos creativos, llama la atención que el director también tiene una obsesionado del boxeo, en su dinamismo se relaciona directamente a los recortes de atletas que aparecen al principio de la película y como se arrugan o queman.
Como anotaciones extras, se podría afirmar que la idea en general y la banda sonora de “Tetsuo” (compuesta por Chu Ishikawa) fue una influencia directa a la música industrial, ya Nine Inch Nails y el video musical de “Hapiness in slavery”, que salió en 1992, sin dejar de lado que contiene todas las características visuales y auditivas del género industrial.
Si bien la película sigue limitada a ciertos círculos de fans o investigadores de la ciencia ficción, ya no estamos en un contexto histórico como la década de los ochenta y noventa del siglo pasado como para limitarnos a que quede en lo underground o cerrado a ciertos lugares, con solo un clic en youtube o en las visitas a Pirate Bay podemos acceder a ella, o en la plataforma de MUBI, ya sea con subtítulos o en HD si queremos verla en japonés completamente también, lo que ustedes decidan. Y ya como línea final y muy personal, sigo preguntándome que rayos fue lo que vi, y sigue resonando y tronando, por lo que no hallo otras palabras más que decir: ¡Es horrible! ¡Me encanta!
Laura Elena Cáceres