13 de abril.
Querida Kitty: Esta semana regresamos a clases y encargaron mucha tarea. Aunque me apuré para hacerla, terminé tan tarde que cuando me di cuenta ya había oscurecido. Tengo mucho sueño pero no quería dejar que pasara el día sin escribir algo. Mañana sábado mi amiga Heidi y yo vamos a ir al arroyo caminar, me va a hacer bien el ejercicio después de una semana encerrada en la escuela. Firma: Carla.
14 de abril.
Querida Kitty: Hoy nos la pasamos muy bien. En la mañana mis papás despertaron de buenas y el desayuno fueron hot cakes, y no gritos y discusiones de mi mamá y mi abuela. Antes de mediodía Heidi vino por mí, también venía con ella su amiga de la iglesia, Teófila. Al principio se me hizo un poco seca, como si no quisiera que yo estuviera ahí pero luego ya como que agarró confianza. Teo va a una escuela católica, su papá es patrocinador de la iglesia, nos dijo que tienen mucho dinero pero lo disimulan muy bien porque tienen miedo de los secuestros. El arroyo estaba muy bonito porque, como la semana pasada llovió mucho, había bastante agua. En los troncos vivos había musgo verde y en los muertos crecían hongos. Se nota que la primavera va a ser muy calurosa este año pero también que habrá muchas flores. Esto se lo comenté a mis amigas y ahí fue cuando Teo se mostró más abierta. Me preguntó si conocía de plantas y le dije que más o menos, por lo que mi abuelita me había enseñado. Teo nos mostró cómo hacer títeres de madera usando ramitas de árbol y nuestro propio cabello para atarlos. Como cuando volvimos ya era tarde, Heidi y Teo se quedaron a cenar y les presenté a mi mamá y mi abuelita. Firma: Carla.
15 de abril.
Querida Kitty: Hoy en la mañana Teo me mandó un mensaje preguntándome que porqué no había ido a la misa. Le dije que porque nosotros no somos creyentes, que mi mamá era atea. No me dijo nada más pero siento que la ofendí de alguna manera. También me preguntó si estaba bautizada y le dije que no sabía. Temo que me quiera invitar a algo religioso y si le digo que no, se ofenda. He ido a misa algunas veces, cuando se murió mi abuelo hace tiempo por ejemplo, y a la ceremonia de graduación de secundaria, pero hace años que no voy. Hoy me la pasé haciendo tarea encerrada en la casa, pero Heidi me llamó a la noche, que mañana después de la escuela quiere que nos juntemos en un parque de por su casa. Ya le dije a mi mamá y dijo que estaba bien, pero que no regresara muy tarde. Firma: Carla.
16 de abril.
Querida Kitty: El maestro de historia es un pesado. Encargó mucha tarea y tuve que dejar pendiente la de matemáticas porque si no no me iba a dar tiempo de ir a casa de Heidi. El camión tardó en pasar por eso cuando llegué, Heidi y Teo ya tenían rato esperándome. Pensé que Teo estaría metida en cosas de la religión pero no es fanática ni nada de eso. Hoy nos dijo que nunca había tenido amigas como nosotras y que quería que fuéramos hermanas, que fundáramos un club y cada día la pasáramos tan bonito como hoy o el sábado. Por nuestras iniciales, Teo quiso ponerle el nombre de He.Ca.Te al club, que también dijo que era una diosa griega muy famosa. Firma: Carla.
17 de abril.
Querida Kitty: Estoy muy contenta de haber formado el Club Hécate. Después de la escuela nos vimos en la plaza comercial que está cerca de mi casa. Teo compró unos aretitos para cada una, incienso y una jeringa desechable. En el patio de mi casa hay un árbol muy viejo, y Teo dijo que ahí nos convertiríamos en hermanas. Nos perforamos el oído izquierdo, nos pusimos los aretitos y nos limpiamos la sangre con unos algodones que luego Teo quemó con incienso en un cenicero de barro que trajo de su casa. El humo subió por las ramas del árbol y se enredó en ellas. Nos abrazamos y prometimos ser amigas y estar juntas siempre. Firma: Carla.
18 de abril.
Ombligo de semana, querida Kitty: Mi mamá me vio el arete en la mañana y se armó la grande, que me iba a arrancar la oreja, que si al rato me iba a andar tatuando o qué. Mi abuelita me defendió, entonces empezaron a discutir, que porque mi mamá también había tomado malas decisiones, como acostarse con mi papá, y mi mamá le dijo que era culpa suya por no haberla cuidado mejor y que por eso me regañaba a mí, para que no me equivocara. Fue un alivio irme a la escuela hoy, pude distraerme. Hoy nos tocó juntarnos en casa de Teo. Su papá es un señor muy amable, está pelón pero tiene la barba negra muy larga, que como diablo de lotería dice Teo. Su casa es grande y bonita pero esperaba que si eran tan ricos, fuera más lujosa. No creo que tengan tanto dinero como Teo dice. Íbamos a hacer la tarea con ella pero como va en otra escuela no nos encargaron lo mismo y mejor nos pusimos a platicar de otras cosas. Teo insistió en que hiciéramos un experimento de telepatía; no me vas a creer pero siempre adivinamos el número que la otra estaba pensando. Creo que Heidi y Teo son las hermanas que siempre quise tener. Firma: Carla.
19 de abril.
Querida Kitty: Hace una semana que conocí a Teo. Ha sido la semana más bonita de mi vida. Ya quiero que sea sábado para juntarnos de nuevo, Teo dice que nos va a hacer otro regalo. Tengo mucha tarea atrasada, me va a costar trabajo levantarme temprano para ir a la escuela mañana, ya me voy a dormir. Firma: Carla.
22 de abril.
Querida Kitty: ¡Cuántas cosas pasaron este fin de semana! El viernes en la noche mamá invitó a Teo y a Carla a ver películas en la casa y a que se quedaran a dormir. Parece que abuelita habló con ella, a mí me cuesta mucho trabajo tener amigas, por eso quiere que cultive a Teo y a Heidi. Nos pusimos a ver una película vieja de terror donde salía una actriz que se llama Tina Romero. Estaba bien rara, había desnudos y cosas de brujería pero se nos hizo muy divertida. Esa noche Teo nos contó sobre brujas romanas: de Nona, Décima y Morta, las tres hilanderas que decidían la vida y la muerte de dioses y hombres. Dijo que una era joven, la otra madura y la tercera vieja, como mi mamá, mi abuelita y yo. También nos contó sobre la variante vikinga, las Nornas, que era tres mujeres jóvenes llamadas Urd, Verdandi y Skold. Dijo que Hécate también era bruja y que tenía tres rostros; y que todas eran representación de un mito mucho más antiguo, de cuando las sociedades humanas de las cavernas eran matriarcales. En mi cuarto, antes de dormir, Teo hizo un juego de adivinación con un péndulo: ella nos hizo escribir una frase en una hoja, memorizarla y después usando su collar y una piedra, en un cuaderno escribió el abecedario, y no sé cómo le hizo pero señaló con el péndulo varias frases que habíamos escrito. Pero como los trucos de magia, aunque uno no sepa cómo se hizo, todos sabemos que es pura ilusión. El sábado mi mamá nos hizo de desayunar huevos revueltos. Teo le dijo que le prestara uno crudo para adivinarle el futuro. Ella lo rompió en un vaso con agua y dijo que veía un puente y un carro, pero yo no vi nada. Mi mamá le dijo que qué interesante antes de escurrirlo y echarlo al sartén. Fuimos de nuevo al arroyo y Teo nos dio el regalo prometido. Yo pensé que nos iba a dar alguna joya bonita como los aretes o dinero, pero nos dio unas figuras que había hecho cubriendo con barro los títeres de palo que hicimos la semana pasada, y que yo estaba segura habíamos dejado tirados por ahí, pero ella los había recogido. A mí me dio un gato. A Heidi le dio una rana y ella se quedó con un búho. Dijo que eran nuestros familiares, que cada una cuidara al suyo. El sábado nos pusimos a recoger plantas en el arroyo y Teo las molió con piedras. Probó el menjurje y dijo que estaba bueno. Le seguimos el juego y lo probamos. Sabía horrible pero nos dio mucha mucha risa. No me había reído tanto nunca, hasta me dieron ganas de orinar y me dolió la panza. Se nos hizo de noche cuando regresamos a mi casa; los papás de Teo y de Heidi ya las estaban esperando, pensé que mi mamá nos iba a regañar, pero no me dijo nada, a lo mejor estaba relajada porque vi unas cervezas en el comedor que se había tomado con los papás de mis amigas. El domingo después de mediodía, regresamos al arroyo. Teo llevó un libro muy viejo que dijo que era de su mamá y estuvimos leyéndolo, pero creo que estaba en latín, por eso no le entendimos. Me recordó un poco al de trigonometría, pero también tenía plantas con sus partes escritas. Teo dijo que era un auténtico libro de bruja y que sobre él juráramos las tres que siempre íbamos a ser parte del Club Hécate y hermanas. Que un día íbamos a viajar juntas por el mundo. Nunca creí tener amigas así y eso me hace muy feliz. Firma: Carla.
23 de abril.
Querida Kitty: Mi mamá tuvo un accidente y está en el hospital. Cuando iba al trabajo se le atravesó una camioneta que no respetó el alto del puente. Aunque no está grave tiene unas fracturas y no la van a dar de alta en una semana. Mi abuelita se quedó a cuidarla y a mí me dejaron sola en la casa porque ya estoy grandecita para cuidarme. Teo me llamó en la noche y me dijo que no tuviera miedo de estar sola que el gatito me cuidaba. Mi abuelita va a volver hasta mañana pero no la veré porque me iré a la escuela. No sé si voy a poder dormir hoy. Firma: Carla.
25 de abril.
Querida Kitty: Ayer no escribí porque le dije a mi abuelita que me quedaría a dormir con Heidi y que la vería hasta mañana y dijo que estaba bien. Le pregunté si no sería posible que Teo viniera a dormir con nosotras, pero Heidi me dijo que no se sentía cómoda con ella. Que le había dicho que quería escaparse de su casa y que iba a hablar conmigo también para hacer el plan. Heidi le preguntó que a dónde iban a ir, le dijo que el mundo entero sería nuestra casa. Yo también tengo problemas con mi mamá y mi abuela, pero no por eso quiero irme. Estamos preocupadas por Teo. Firma: Carla.
26 de abril.
Querida Kitty: Después de la escuela, Heidi y yo fuimos a casa de Teo a hablar con ella. Al principio como que se enojó, pero luego dijo que estaba bien, que somos hermanas y a veces las hermanas no están de acuerdo en todo. Que íbamos a entrar en razón. Yo sólo le dije que no huyera de su casa, ella dijo que el mundo era su casa.
27 de abril.
Querida Kitty: Mi mamá va mejorando y dice el doctor que para principios de mayo ya estará en casa de nuevo. Mi abuelita sigue quedándose toda la noche a cuidarla, yo me estoy acostumbrando a dormir en la casa sola, aunque dejo las luces prendidas. Heidi me llamó para saber cómo estaba, porque dice que a ella le salieron unas ronchas, teme que haya sido una reacción alérgica a las plantas que nos dio Teo el sábado pasado, pero yo no tengo nada. Hoy íbamos a vernos en el arroyo, pero por eso no nos vimos. Firma: Carla.
28 de abril.
Querida Kitty: Creo que anoche tuve calentura. Soñé cosas muy raras: que era de noche, yo iba corriendo cerca del suelo, muy rápido. Las estrellas brillaban mucho en el cielo, la luna estaba grande y llena. Sentía las flores, el agua, todo estaba lleno de olores y sabores. Podía ver bien en la oscuridad y oír mejor. Yo era pequeña, pero pude saltar sin problema a una mesa de picnic que hay en el arroyo. Ahí me estaba esperando Teo, toda vestida de blanco, me dijo que casi estábamos listas para irnos. Me dio un poco de miedo, me acordé de Heidi y cuando volteé a verla, sólo recuerdo que vi unos ojos muy grandes, muy negros, llorando, rodeados de granos. Mi abuelita me tomó la temperatura cuando llegó en la mañana, después se fue a descansar y comimos juntas. Llamé a Heidi pero no me contestó el teléfono. Hablé con Teo y me dijo que no nos juntaríamos mañana, como los otros domingos, sino hasta el lunes en la noche, que me preparara.
29 de abril.
Querida Kitty: hablé con Heidi. Se la llevaron al hospital, temen que tenga sarampión. Le pregunté si puedo verla pero ya no me contestó. Su voz se escuchaba rara, como con flemas y estaba moqueando mucho. Me dijo que me cuidara y que era culpa de Teo, de sus plantas y de sus cosas raras, que le había pegado alguna enfermedad. Me acordé de lo que le dijo a mi mamá de un puente y un carro que vio en el huevo, un día antes del accidente. Le dije a mi abuelita, y ella me abrazó y me dijo que rezara el rosario con ella aunque no fuera creyente. Íbamos a hacerlo pero la llamaron del hospital y que fuera de inmediato. Quise ir con ella pero me insistió que no dejara de ir a la escuela al otro día. Otra vez me da miedo dormir sola, quisiera estar en casa de Heidi, pero ella tiene sus problemas. Por primera vez tengo miedo de Teo.
30 de abril.
Querida Kitty: Estoy en mi cuarto. Hoy se vino un viento muy fuerte, el árbol del patio está moviéndose mucho, de repente las ramas azotan la ventana. Mi abuelita dijo que tuvieron que operar a mi mamá, y aunque la cirugía salió bien, está delicada. No pude hacer tarea, prendí las luces de toda la casa, estoy pensando si irme a casa de mi vecina. Heidi me llamó, se le oía la voz muy ronca, como si no pudiera respirar. Que los médicos no saben qué es, pero tiene el cuerpo cubierto de bolitas de pus y muchos mocos. Dice que sólo se le quita el ardor cuando la bañan con la esponja húmeda. Me dio miedo porque empezó a decir que quería irse al arroyo esa noche con nosotras, a nadar en el agua fría para que se le quitara, y se rió muy feo, muy ronco. Pensé que sonaba como un sapo. Tengo ganas de llorar, de gritar. Estoy gritando bien agudo, estoy muy enojada y tengo mucho miedo. Llamo a mi abuelita pero no me contesta. Teo me llamó, me dijo que esta noche se iba a ir volando con el viento, pero yo le dije que estaba loca y que no me volviera a llamar, le colgué y me puse a llorar. Quiero rezar pero no sé bien nada. Yo creo que sí me voy a ir con los vecinos, tengo mucho miedo. No pude salir de la casa, cuando bajé las escaleras vi por la ventana el árbol viejo y hay un búho blanco ahí parado, mirándome. Es Teófila, estoy segura. Ay, Dios, tengo mucho miedo, ya quiero que sea de día. Me duele la mano. Me duele la cabeza y los dientes. Me duele agarrar la pluma. Quiero salir de la casa. Mamá, ya no puedo, las luces encendidas de molestan mucho los ojos. Quiero salir, correr, correr, correr en la noche sobre mis cuatro patas.
Abraham Martínez Azuara