Godzilla vs Kong (2021)

Después de meses de gran expectativa por fin podemos conocer el -hasta ahora- desenlace de ese Frankenstein denominado Monsterverse ¿El veredicto? Godzilla vs Kong (GvK) mantiene la regularidad que ha caracterizado a dicho universo de películas, es decir, es tan mala como las dos entregas anteriores del rey de los monstruos, dejando a Kong como una dichosa irregularidad, que sobresale por ser la única que ha entendido al kaiju como género cinematográfico.

Seguramente habrá quien me recrimine que la película no es tan mala como «Godzilla, Rey de los monstruos» y que las peleas son espectaculares, pero recordemos que, precisamente, los escasos minutos de peleas entre titanes son lo único rescatable de las precuelas, así que no es mérito para GvK tener buenas peleas: eso ya lo habíamos visto. El estándar debe ser Kong, como ya mencioné, por ser la única donde el personaje que da título a la película es realmente el personaje principal. GvK se pierde entre la fabricación de una excesiva empatía hacia Kong, la presentación de un Godzilla buscabullas y las innecesarias y francamente tontas participaciones de humanos.

Ya he comentado en anteriores ocasiones que el kaiju es una metáfora de las fuerzas de la naturaleza, frente a las que la humanidad poco puede hacer para impedirlas. Si una película del género incluye historias sobre personas, éstas forzosamente deben referirse a la tragedia que significa la visita de un monstruo de proporciones gargantuescas, no sobre cómo es que serán ellas quienes lleguen a salvar el día. Máxime cuando dichos personajes no tienen motivaciones ni un desarrollo coherente.

Pongo como ejemplo el papel de Millie Bobby Brown, quien es una adolescente de secundaria que un buen día decide allanar una instalación de alta seguridad y al llegar, pregunta a sus compinches cuál es el plan. Sí, pregunta cuál es el plan que ella en primer lugar sugirió llevar a cabo ¿acaso nadie revisó el guion? Porque contradicciones así es lo que nos encontramos cada que los humanos aparecen en la cinta. No voy a ahondar en el caso del Kong que viaja sedado, pero a la hora de los mamporros resulta que, sin explicación de por medio, no lo está, porque sería spoiler.

Errores así plagan la cinta y el único alivio que como espectadores tenemos respecto a ello es, afortunadamente, las apariciones de los monstruos, cuya majestuosidad no es la que debiera en las primeras, pero que al final compensa con creces. Ni siquiera es necesario hacer una sinopsis de la cinta porque sería tan aburrida como la historia de la misma. Algo que sí es necesario remarcar es la incapacidad de los actores por entregar papeles convincentes, lo que evidencia su desagrado con la cinta.

No los culpo, el guion es una tomadura de pelo que intenta plantear una mitología basada en la pseudociencia y que ni siquiera apelando a la suspensión de la incredulidad es posible tragarse por completo, menos cuando uno de los personajes principales, otra vez el de Millie Bobby Brown (quien es incapaz de ser simpática ni aunque su vida dependiera de ello), es una conspiranóica anticientífica, lo que no tiene lugar en una película que gira alrededor de una expedición a una región desconocida de la Tierra.

Tampoco es necesaria una comparación con la versión primigenia del enfrentamiento entre los colosos. Lo que la versión original de la Toho tiene de cándida (por cierto, salvajemente tasajeada para el mercado gringo y que fuera la versión que conocimos en México) , esta manufactura del siglo XXI lo tiene de anodina. Se trata de, al más puro estilo hollywoodense, una película apta para el consumo rápido e inmediato cuyo único aporte a la cultura serán los memes que vimos meses atrás.

Se me puede acusar de snob pero me parece que el hecho de que se trate de un blockbuster no es excusa para entregar una película menor. Ejemplos de sobra tenemos con películas similares que en ningún momento le faltan al respeto al público. Ahí está la trilogía de Gamera hecha en los años 90, que lo mismo provoca azoro en los niños que asombro en los adultos. No nos vayamos tan lejos, la ya mencionada Kong es un garbanzo de a libra que fácilmente puede ser considerada como el mejor kaiju made in USA y a la que en ningún momento se le puede acusar de pueril. Se puede hacer un kaiju bien hecho, aunque los monstruos sean botargas y el que sea una película de corte fantástico no es pretexto para escatimar la calidad, al contrario, ese descuido es lo que provoca que no tengamos más películas así de ambiciosas.

Es triste que una generación de infantes vaya a crecer con películas de Godzilla de tan baja calidad. El gran problema de la película no es que sea aburrida, sino que es tonta y eso no es lo peor: considera que su público también es tonto y eso, para una película que debe hacer volar la imaginación, es el peor pecado que puede cometer.

Rodrigo Vidal Tamayo

Publicado originalmente en https://www.revistacinefagia.com/2021/04/godzilla-vs-kong-monstruos-gigantes-peleando-para-salvar-al-cine/

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