Los años metálicos: Una perspectiva en viñetas del Heavy Metal en Argentina (1 de 2)

Desde sus muy discutidos orígenes, la narrativa gráfica ha estado muy relacionada con la música. Es de mención el cómo autores underground estadounidenses tuvieron al jazz por bandera, tal fue el caso de los emblemáticos Robert Crumb y Harvey Pekar. A su vez, otro autor de culto norteamericano como lo es Howard Chaikyn también utiliza dicho género musical como parte de su estilo contracultural.
En los países de habla hispana y de manera un tanto sorprendente, el rock en sus muy diversas manifestaciones es lo que ha dado ritmo a las viñetas. En España, el tebeo “Pedro Pico y Pico Vena” se ha convertido en un referente del movimiento punk en las Hispanias, su autor Carlos Azagra comentó que, de hecho, él no fue “Punky”; pero en el bar de debajo de su departamento siempre veía a un “Skin” y a un “Anarco-Punk” dialogar y caerse de borrachos, por lo que fue muy fácil para él dibujarlos y caricaturizarlos, a tal grado que han sido musicalizados por grupos como “Objetivo Vizko”.
De igual forma en México, “Simón Simonazo” y “Chiss” ya forman parte también de la vasta cultura del Rock Urbano Azteca, además de ser todo un tratado de semiótica y lingüística, al representar el argot popular mexicano por medio de dibujos dentro de los bocadillos de diálogo, incluso los han llamado “Códices Posmodernos”.

Al respecto, se podría especular que ha hecho falta una narración gráfica en donde la lengua de Cervantes explote a un movimiento tan arduamente rico en cultura como lo es el Metal. Y en apariencia se podría tachar como algo sin importancia en relación a su trascendencia en Hispanoamérica; esto no es así. Un caso muy concreto ocurrió en la ciudad de Guadalajara, México. Urbe que siempre se ha tachado de una doble moral entre lo sagrado y lo profano en donde llama mucho la atención un programa de radio FM transmitido precisamente a través de Red Radio Universidad de Guadalajara, “El Despeñadero”, completamente dedicado al Metal. Uno de los más longevos de la radio en México con más de treinta años al aire e igual que como ocurrió con el ya mencionado “Simón Simonazo”, ha desarrollado un argot muy peculiar que ya forma parte del habla coloquial de muchos tapatíos. Y ha sido un rompimiento muy fuerte y contracultural a la ya mencionada doble moral que tanto caracteriza a dicha metrópolis.
Ahora viajando al sur del continente hasta la Argentina, qué siempre se ha caracterizado tanto por una gran tradición historietística como dentro del Metal en español. Ahí recientemente se ha fusionado ambos aspectos en “Los Años Metálicos” con guión y dibujo de Juan Carlos Quattordio, autor que precisamente, también fusionó su vida con el heavy y el cómic. Novela gráfica ambientada no en la capital porteña, sino en “Mar de Plata”. Sin preámbulos comenzamos no del todo con una biografía gráfica, sino algo que explota eso que en literatura se denomina otredad, pero a la vez tiene un fuerte elemento: “Metal Pesado”.

Todo comienza con una introducción del norteamericano Peter Bagge, precisamente otro autor de cómic underground y no de hombres con capa. Y antes que nada el título aparece sobre un audiocasstte, dando a entender que la historia fue durante la época dorada del Heavy Metal que a tantos nos tocó vivir. Y primero que nada conocemos al autor-protagonista, el mismo Juan Carlos Quattordio, primero en su apariencia de adolescente con el pelo largo y luego como un hombre de aproximadamente 40 años, con el pelo corto y una vestimenta menos extravagante en una actitud de recordar en la única página a color de esta primera parte, con todo y que la tradición del cómic argentino siempre ha sido en blanco y negro.
De ahí aparece un cronotopo situado en Mar de Plata en el año 2008. Y en específico dentro de un consultorio psicológico, como parte de la forma de vida de los argentinos es muy usual la psicoterapia, de hecho, es el país con mayor número de psicólogos y psicoterapeutas en el mundo. No se puede definir a ciencia cierta el enfoque clínico, pero en definitiva no era Gestalt. La crisis que se trabajaba evidentemente era la siguiente la crisis de los 40 pero reforzada con el hecho de lo que fue: un metalero.
De ahí camina y ve chicos de la mencionada subcultura, para iniciar la analepsis y verse él mismo de joven, con el pelo largo, tanto en su adultez como en sus recuerdos escucha música con auriculares (evidentemente que con diferentes aparatos en cuestiones de cronología). Y se ve de joven cómo los mismos adolescentes que ahora observa caminar para llegar a su actual casa en donde vive con una sensual y bella mujer que descansa sobre el sofá-cama en pantaletas mientras ve anime para comenzar con una típica discusión propia de una pareja que vive en unión libre, sobre cuestiones de dinero, para después evitar más discusiones y salir de ahí para encontrarse con un ex compañero e ir al tributo a “Kiss”.
A la salida del concierto encuentra a lo que fue su ex banda, “Barbarian”. Los ve en la actualidad uno de ellos con hijos, los otros no en ese momento, pero sí es notable el paso de los años, pues en la siguiente viñeta aparece la banda en su juventud. De ahí todos se reconocen, abrazan y llama la atención una sensual pero a la vez madura y bella mujer que es abogada. Todos van juntos a tomar unas típicas cervezas y no puede evitarse el flash back de los tiempos en que hacían lo mismo en sus años mozos para establecer el planteamiento de la historia, “se volvió a juntar Barbarian” y eso desencadenó recuerdos en Juan Carlos aquí apodado Yon, eso es lo que debe trabajar con su Terapeuta.

De nuevo en el consultorio Yon ya empieza a hablar más abiertamente, corría el año de 1985 y él tenía veinte primaveras y no lograron que entrara a trabajar al banco y comenta que al concluir su secundaria se coló al mundo del cómic (entiéndase que la secundaria no es lo mismo en la Argentina que en México, allá eso equivale a los estudios de secundaria y preparatoria mexicanos para ya poder ingresar a la universidad); comenzó publicando en fanzines hasta poder hacerlo en la emblemática revista “Fierro” pese al rechazo de sus padres por su indumentaria, aspecto que no ha cambiado mucho. A su vez ya comenzaba a cantar y al parecer quería innovar en ese otro mundo, el Heavy Metal. Y llegó a una audición que posteriormente se extenderá más en todo lo que significó para el grupo y el desagrado de uno de sus integrantes que fracasó como vocal, fue el elegido para formar parte de “Barbarian”, desde ese momento de su puño y letra, su vida cambió. A su vez conoció a una joven metalera de la época, “Vicky”, la que ahora es Abogada. Y menciona de nuevo en terapia que no pudo curar sus heridas hacía ella sólo con café, por lo que subió un buen día a su auto, ahí se ve el hermoso malecón de Mar de Plata y se besan, sin embargo, él vivía ya con la bella joven de pantaletas y le es fiel para regresar con ella pues le había hecho una pizza, pero al probarla parecía un ladrillo.

Ahí viene el típico cuestionamiento que hace todo psicoterapeuta. ¿Cómo quedaron las cosas con la mujer con la que vivía? A la que por fin le pone un nombre: Soledad. Ahí hubo una leve reconciliación fundamentada en el sexo, pero tal cual, lo bueno dura poco y en su labor de especialista, pregunta qué papel ocupa Vicky en su vida. Por lo que quizás no a manera de evasión, sino de postergación, el protagonista se centró en el reencuentro con “Barbarian”. Y menciona aspectos universales en todos los que formaron parte de dicho movimiento en tiempos de antaño. Lo difícil que era transportar los vinilos y cómo la llegada del CD facilitó todo para sintetizar la música y mostrar los demos; el cómo la gente mostraba rechazo a los que vestían de esa forma en el transporte público, aspectos que no son exclusivos de Mar de Plata y que fueron muy recurrentes también en México; las típicas peleas entre metaleros cuando había un desacuerdo en los gustos musicales y cómo el reencuentro no fue tan sencillo pues todos los integrantes habían crecido, madurado y tenían otras responsabilidades. Ahí se menciona la situación de cada uno de sus integrantes: Walter que se casó con la hija de un corralón en el que trabaja, ama a sus hijos y vive un matrimonio sin amor, pese a que siguió tocando; Nacho, que es sonidista, tiene tres hijos, se recibió de abogado y alterna entre los tribunales y las consolas; Mariano, que tocó en varias bandas, tuvo problemas con las drogas, estuvo en la cárcel y se rehabilitó gracias a la cristiandad, fue en el templo en donde conoció a su esposa y tiene dos hijos, toca rock cristiano, aunque a escondidas sigue escuchando a Black Sabbath. Éste último caso coincide bastante con la organización “Alcance Subterráneo”, presente en varias partes de América Latina y el mundo, dedicada en específico a la difusión del Metal Cristiano, en México tiene su sede en Tlalnepantla, Estado de México y cada año organizan un evento masivo en “El Cerro de la Malinche” en el estado de Tlaxcala, llamado “Éxodo Feast” dedicado al rock pesado con temática cristiana en donde han estado presentes grupos como Petra, Virgin Black, Barren Cross, ente otras. Ariel, que se mudó a España y en la playa de Mallorca aprendió a hacer bisutería se separó y no tiene hijos, pero este personaje más adelante tendrá un papel fundamental en la historia, exponiendo más detalladamente todo lo que vivió tanto en la banda como en su relación con una pareja irlandesa. Y Manú que es el que más se ha mantenido en el ambiente del Metal, puso un negocio y no se ha casado pues aún no encuentra a la mujer indicada.

Así por fin comenzaron a ensayar de nuevo y en definitiva ya no era tan sencillo como antes. Pues tenían que tocar con las bendiciones y con la esposa de Walter, una mujer muy intolerable. Ahí las secuencias mostraban que era mucho más difícil seguir con la continuidad de los ensayos, por lo normal Yon siempre estaba o recibiendo sexo oral o haciéndoselo a su bella mujer joven. Hasta que en el monumento de su país se reencuentra con otra persona de antaño llamado Robert, mientras el diálogo es en base a lo difícil que es vivir con la joven que posteriormente de mostrar su vida entre anime y sexo en la casa de Yon, decide ir a hacerse un test de embarazo. Y de ahí viene un nuevo problema con la edición musical, pues es necesario actualizar su música para que, pese a ser un estilo retro, suene en boga. De ahí por fin la pendeja (que en argot argentino no es mala palabra y se utiliza para mencionar a una mujer joven) ya le había preparado ahora sí una buena pizza con vino a su hombre, para que luego de una relación sexual ella se fuera, en definitiva esa relación, como muchas otras tóxicas, no podía terminar de otra forma. Le deja una carta de despedida y le afirma que no está embarazada, pues ella sentía una especie de síndrome de Electra hacía él. Sin embargo no le afectó en extremo, sólo plagio la arquetípica imagen del Dr. Manhattan de “Watchmen” al recibir la mutación. Es evidente que Soledad dejó a Yon por desencanto, su síndrome de Elektra que falló, ya que su relación era dispareja sólo unida en base al sexo, entre su atracción y el fastidio por la incapacidad de la joven de sentirse enamorada. Ante la posibilidad del embarazo que ella dijo que no fue, puso su corazón en la cena y la charla de esa noche sobre tener hijos; al momento en que Yon ríe un poco cínico, ella se siente asesinada en sus sentimientos, por lo que al leer la carta, su sufrimiento es velado.

De ahí pasan seis meses y vemos a dos mujeres almorzando, una de ellas es Vicky un tanto irreconocible por el traje sastre, pelo recogido y antejos, su compañera hasta se exalta y le hace la típica mentada argentina (la concha de tu madre), al decirle que como tal ni siquiera son abogadas, trabajan de abogadas. Un dicho también muy común en México cuando no se está del todo conforme con la profesión o el trabajo que se desempeña. Lo bueno es que el de la barra enciende la televisión y hay un cambio de plática sobre la película de Fandango con Kevin Reynolds.
De ahí de vuelta al estudio de grabación se ve el cómic que Juan Carlos ha estado realizando sobre la banda y su reencuentro. Y lo típico de siempre, que con frecuencia le reclamaban los compañeros de trabajo a Harvey Pekar, ¿Por qué me han dibujado así? Y en específico un reclamo al protagonista, ¿por qué siempre te dibujas cogiendo?

Interrumpido por la invitación de la jurista a ver Fandango en su compañía, por lo que no duda en ir a su casa con dos botellas. Pese a ser interrumpidos por el hijo de ella, que hizo su aparición junto con su novia, trajeron helado y terminaron viendo la película los cuatro. Muy diferente a como era en los viejos años mozos. Donde viene el recuerdo de cómo terminaron de ver esa misma película y cómo fue el beso entre ambos.

De ahí hay una aceleración al segundo capítulo de esta obra en donde cada uno de sus integrantes en su actual madurez asimila y vive el reencuentro de “Barbarian”. Elemento que se rompe e impresiona con la muerte del ya mencionado Ariel Palma. En el féretro con su vestimenta de Heavy Metalero y el brindis de tristeza que hicieron sus compañeros por él. Para ahora sí, cómo se había mencionado contar la historia del mismo en el momento en que se mudó a España, en específico a Mallorca, una playa llena de extranjeros en donde las mujeres caminaban con los senos al descubierto. Ahí él se centra como un argentino de veintisiete años que vende bisutería y que añora a su banda, pues al respecto, él parece que comenzó también a escribir sus memorias del grupo. Y él menciona la banda en donde estaba el bajista, baterista, cantante y guitarrista, pero antes de que se incorporara Juan Carlos Quattordio.  
Y como en toda banda de la época también estaba el sonidista, las novias, el dealer, los fans, etc. Y comenta que todo comenzó cuando él conoció a Manu en lo equivalente a lo que en México es la preparatoria. Él como cantante y su compañero en la guitarra, para después hacer audiciones del baterista y como es muy común siempre que se pone un anuncio, llegan puros personajes de mala muerte, aspecto muy común también en el metal mexicano. Hasta que apareció Walter para ocupar por fin la batería, de ahí vino la odisea de ir a la casa del mítico bajista.

Aquí hay una interrupción en la narrativa de las memorias y conocemos a una hermosa mujer irlandesa que en todo momento está con sus gigantescos senos al descubierto, unas sensuales pecas en su rostro y unas nalgas arduamente esponjadas, la pareja de Ariel, tal como él lo dicho no podía morir sin ser amado por una bella irlandesa pelirroja, en este caso se llama Noirin.
Aquí hay una pausa en las narraciones de Ariel Palma para el siguiente capítulo de sus memorias. Al volver a sus memorias de nuevo comenta que vive en Mallorca y que fue rescatado por Noirin O´ Connell. Qué duerme para volver al momento en que fueron a la que parecía una casa embrujada para ir a buscar al supuesto bajista. Pero de nuevo es interrumpido por ese demonio irlandés que a final de cuentas ya sabía cebar mate, desnuda en todo momento y que no dejó de tener un diálogo en inglés mientras tenían relaciones sexuales y leer lo que él está escribiendo. Para volver a la casa embrujada y que les abriera la madre de Mariano que se parecía a Mamá Fratelli de “Los Goonies”, el bajista era un póster viviente muy parecido al de Manower, resultó ser un “Dios del Bajo” al alabar sus capacidades la joven celta le comentó a su novio que sonaba muy marica. Y no cabe duda que tal y como Noirin se lo reclama, exageró al contar que Mariano disparó a un lado de su madre, diciendo que no le gustan las interrupciones. De ahí viene un aspecto muy importante y curioso en la narración, pues Ariel en un principio era el vocalista que no daba el ancho, algo muy recurrente en famosas bandas de Heavy Metal. Y como dato interesante, en ese tiempo que al parecer aún había algunos aspectos de dictadura, se narra cómo la policía interrumpió un concierto para llevar detenidos a todos los metaleros que habían participado en él. Aspecto que también fue muy recurrente en México, por citar un ejemplo en la ciudad de Guadalajara eso se llevó mucho a cabo en los tiempos de la representación universitaria de los años setentas y ochentas. Y pese a que no daba el ancho, Ariel siguió como el vocal de la banda. Pese a tener a otro breve cantante, “El Muñeco”.

Y aquí viene el aspecto tan trascendental, pues él siguió dando una mala voz a “Barbarian” hasta qué en una audición, alguien en específico hizo su aparición, Yon. Ahí el tiempo pasa al período actual en que Ariel está con oxígeno en la nariz, frente a frente con Juan Carlos, ya muriendo recordando cómo le hacía el amor a su amada celta hasta que ella aparece como la mujer madura que es en la actualidad. Y tal cual viajó de Irlanda a Mar de Plata sólo para volver a ver su antiguo amante, la recogió Vicky del aeropuerto. Ahí comenta que ella tuvo que volver a cuidar a su padre y madre, que luego volvió a Mallorca para poner un negocio con Ariel, le dejó el dinero para hacerlo, pero él lo gastó en cocaína y casino. De ahí hubo otras separaciones y total que fue el argentino quien destrozó la relación. Sin embargo, sin rencor alguno él fue a cuidar al hombre que la arruinó pues dijo que él le devolvió la vida. Hasta aquí concluye el primer libro de “Los Años Metálicos”. 

(Continuará)

Gerardo Martínez Acevedo

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