A veces tu recuerdo,
visitante nocturno
que de noche aparece
cargado de añoranzas,
me revive episodios de ternura,
cuando éramos felices
y el calor de los besos mantenía
la flama del amor;
a veces tu recuerdo
revive el desamor,
malhechor silencioso,
que llegó subrepticio
como sombra maligna
y nubló nuestra dicha;
a veces tu recuerdo me hace daño
y le cierro las puertas pues prefiero
recordarte en mi vida como reina
y no como tirana.
Oscar Pedraza