Tales from the loop

Tras haber compartido una imagen de la serie Tales From the Loop (2020) en mis redes sociales, uno de mis contactos la comentó diciendo que dicha serie tiene una banda sonora impecable; sin embargo, tiene un ritmo increíblemente lento, incluso para alguien que observa producciones así. Mi curiosidad por saber qué opinaban las demás personas, me condujo a realizar una búsqueda rápida en las redes, los resultados: tanto comentarios similares al ya citado, como alabanzas por esta obra de la ciencia ficción audiovisual. Iré por partes y sin soltar spoilers.

El origen del Loop.

La serie está inspirada en la obra del artista sueco Simon Stålenhag (20 de junio de 1984), sus ilustraciones combinan su niñez con elementos de películas de ciencia ficción, en especial las ilustraciones de Ralph McQuarrie (Star Wars) y Syd Mead (Blade Runner). Esta combinación produjo imágenes retrofuturistas con detalles neofuturistas, dentro de un ambiente rural con una enorme carga nostálgica (ojo a esta palabra). Su trabajo se popularizó porque sirvió de base para un juego de rol (2016), aquí fue cuando Amazon miró con interés la obra de Simon y el 17 de julio de 2018 se anunció que iniciaría la producción de la serie.

Dentro del Loop.

La serie fue escrita y producida por Nathaniel Halpern (Legion), con la banda sonora de Philip Glass y Paul Leonard Morgan y cuenta con la participación de directores como Mark Romanek (Nunca me abandones, 2010), Mark Stanton (Wall-E, 2008) y Jodie Foster (Contacto, 1997). La primera temporada se estrenó el 3 de abril de 2020, consta de 8 episodios con una duración entre 50 y 57 minutos cada uno. Entre el reparto se encuentran a Rebecca Hall (Trascendence, 2014) y Jonathan Pryce (Brazil, 1985).

La serie inicia con Russ (Jonathan Pryce), quien es el fundador de unas instalaciones científicas conocidas como el Loop, rompiendo la cuarta pared para advertir al público que atestiguará los resultados de su investigación, cosas que se creían imposibles, que, sin embargo, ahí están; además cada habitante del pueblo (Mercer, Ohio) se conecta de algún modo con el Loop y con el tiempo conoceremos muchas de sus historias. Este inicio recuerda mucho a las presentaciones realizadas por Rob Serling en La dimensión desconocida (The Twilight Zone), que también era una serie antológica de ciencia ficción. En dicha presentación tenemos uno de los elementos centrales de la serie: el tiempo.

Cada episodio aborda una historia distinta desde el punto de vista de un personaje diferente, pero los elementos predominantes son la melancolía y, necesariamente, el tiempo, gracias a los cuales la serie se percibe lenta. En un mundo donde la tecnología se ha insertado en nuestras vidas, para acelerarlas más y más, que no nos permite detenernos realmente a preciar la naturaleza y que, la mayor parte del tiempo, ayuda a alejarnos de la autorreflexión y la introspección (ya ni se diga del contacto con las demás personas); por lo tanto, una serie que considera importante realizar tomas de carámbanos goteando, como el hielo se derrite para dar paso a la primavera, el vuelo de las luciérnagas y una hoja atrapada en un riachuelo congelado en pleno verano, obviamente parecerá lenta. Así, estas tomas son para recordarnos que la tecnología está coexistiendo (y puede coexistir) en armonía con la naturaleza, además de alimentar esa añoranza por un mundo más rural y apacible.

Entonces, los personajes, inmersos en este mundo melancólico, tendrán el tiempo para reflexionar: sobre la niñez y cómo nos marca a la hora de criar hijos, sobre lo efímero del amor, comprender la finitud de la vida, la crueldad de la vida y el ciclo cambiante de la vida como un bucle que puede transcurrir en un abrir y cerrar de ojos.

¿Fuera del Loop?

Esta es una serie que nos recuerda cómo la ciencia ficción tiene la capacidad de acercarse a preguntas profundamente humanas y tratar de responderlas. También que este género tiene una capacidad de detenerse a contemplar cada detalle para confrontarnos a nosotros mismos. Tales From the Loop usa la melancolía para evocar e invocar ese pasado futuro que no fue, no obstante, siempre lo estamos recordando. Denle una oportunidad a la serie, pero vayan despacio, disfruten casa instante de la vida, ya que este se puede ir en un abrir cerrar de ojos y podríamos perdernos su belleza.

Jesús Eduardo Ramírez Gutiérrez «Eduardo Vardheren»

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