Amarales
Hace veinte años atrás era un playa muy bonita y enorme, tenia muchas zonas verdes, árboles frutales como aguacate, cacao, árboles de mangos, limones y muchos palos de icaco entre otros. La playa era muy sostenible, había ganado y cocheras de marranos, muchos peces, los pescadores se trasladaban en potrillos y canaletes, habían pocos motores y lanchas, habían dos pozos donde las personas lavaban la ropa.
La familia más grande que existía era Campaz y Rodríguez y otras más pequeñas como Aragón y Sánchez, que jugaban en la cancha de fútbol que existía en ese tiempo, la mayoría de reuniones se hacían en el colegio lo que siempre se veía es que el colegio se saturaba de tanta reunión.
Hoy tenemos “comodidades” como estufa, energía por horas, nevera, lavadora, pero la playa cada día se nos está volviendo mar, porque todo lo que el mar trae se lo lleva, nosotros como habitantes debemos evitar que la playa se nos vaya para que nuestros hijos y nietos puedan conocer todo lo que nosotros conocimos.
El reciclaje es una práctica que debemos tener en todo el mundo, ya que los turistas que visitaban Amarales son los que deben pensar que en todo lugar donde vayan hay que reciclar y evitar dejar basura en los lugares que visiten para evitar enfermedades y la naturaleza esté en paz con el hombre y evitar que la playa de Amarales, nuestra playa se la lleve el mar.
Yanila Guerrero Salazar.
La isla de los cuentos
Había una vez una señora llamada Teresa Salas que encontró una playa desordenada, ella y su familia se quedaron a vivir en la playa, al pasar los años llegaron más familias de diferentes lugares haciendo una comunidad muy grande, se dedicaron entonces al arte de la pesca en el que utilizaban para trasladarse potrillo, vela, remo y para pescar calandro, chinchorro, cordel de mano, vara, atarraya y cabo.
Pasaron muchos años y los habitantes de Amarales cambiaron, ahora utilizan lanchas y pescan para que las personas vengan a comprar, mas no para el alimento diario.
A futuro sueño que desde mi hermoso Amarales salga el presidente de la República, para que mi tierra tenga servicio de agua potable y energía solar y todas las energías alternativas, muchos frutos, como mandarinas, mango, peras, manzanas, uvas, patilla; la educación con las universidades, colegios privados y públicos; que haya calles, edificios, hoteles, fábricas, iglesias, que sea un pueblo grande y moderno y muchas cosas más. Que seamos felices con el Señor por siempre.
Lizeth Camila Paz Guerrero.
Unos seres muy extraños
Era una vez un pequeño pueblo muy bonito llamado Amarales, en él habitaban muchas personas, que vivían muy felices.
Tiempo atrás habían visto una luz la cual salía del cielo, aquellos habitantes no le prestaron mucha atención a lo que surgía de allí, al transcurrir unas horas la gente observó que muchos niños y niñas desaparecían, entonces la comunidad empezó a preocuparse, días después aparecían los niños con marcas en el cuerpo.
Y sus padres desconcertados no sabían porqué tenían esas marcas, no sabían que lo que ocasionaba las marcas eran unos seres muy extraños, los cuales provinieron de la luz pequeña que habían observado. Aquellos seres extraños andaban con unos animales muy horribles que tenían la forma de perros con dientes muy puntudos y filudos, trompas y colas largas, cuyos amos eran criaturas más espantosas, tanto que las personas del pueblo estaban muy aterrorizadas, su situación era tan preocupante que no vivían tranquilos por lo que les sucedió a sus hijos.
Durante todo este tiempo, no creían que algo malo estaba sucediendo en el pueblo, dos hombres muy heroicos y fuertes que habitaban en la comunidad conocidos como Miguel y Ángel, eran como hermanos y muy unidos, las personas del pueblo fueron a buscarlos para que hicieran algo por el pueblo. Miguel y Ángel no querían unirse con la gente para combatir contra los extraterrestres, les suplicaban una y otra vez, pero ellos decían que no, de un momento a otro se les acerca un niño y les enseña las marcas y cicatrices que los seres extraños les habían ocasionados a todos los niños desaparecidos.
Ángel asombrado y triste de ver esas marcas dijo «¡oh, que horrible! Miguel, debemos hacer algo». Miguel le responde: ¿Qué podemos hacer si no tenemos armas?
Un señor del pueblo que era carpintero dice ¡podemos hacerlas!. De inmediato se reunieron todos los hombres e iniciaron a crear distintos tipos de armas para combatir con los seres extraños. Mientras algunos creaban las armas, Miguel y Ángel hacían el plan de ataque con algunos otros hombres del pueblo, de repente escuchan gritos y súplicas de una mujer que decía «¡ayuda, mi niño!» Gritaba aquella mujer con gran desespero y angustia, de inmediato se acerca un grupo de hombres de los que estaban creando las armas y se dieron cuenta que eran aquellos seres extraños que nuevamente estaban atacando.
Miguel, Ángel y los demás varones fueron al bosque en busca de aquellos niños desaparecidos, después de una larga y agitada búsqueda encontraron la nave donde llegaron los seres, Miguel fue el primero en subir a la nave donde pudo pelear con una de las criaturas que tenían formas de perros, les clavó una de las armas y la mató, todos comenzaron a pelear. Algunos hombres heridos como Ángel decían «no les hacen nada las armas al extraterrestre», uno de los hombres había mojado la camiseta con agua de mar porque venía de pescar; un ser entre pelea y pelea le tocó la camiseta, el extraterrestre se quemó con el agua y grito el hombre: ¡oigan, oigan, ellos se queman con el agua de mar!
Asi que algunos decidieron ir a la orilla por agua y así tirarles a ellos, los pudieron vencer después de una larga pelea, Miguel y Ángel sacaron a los niños y las niñas de la nave, los tenían en una cápsula, ellos y ellas gritaban de mucho miedo, al pasar las horas los niños y niñas se sentían más tranquilos, días después el pueblo estaba más sereno y pudo llegar la tranquilidad a la playa.
Jaider Sánchez Compaz
Reminiscencias y deseos
En la playa de Amarales encontramos a los primeros habitantes que fueron los Salas, Campaz, Aragones, luego fueron llegando otras familias. Amarales era un espacio lleno de mucha vegetación, en él encontramos icaco, manglares y otros árboles silvestres. Con el tiempo se fueron dando otros árboles como la pomarrosa, el limón, la naranja, la guayaba, el chontaduro, el caimito, la guaba y el árbol de coco. Las casa eran de chonta, madera y el techo de paja ubicados dentro de la playa, por el pipero y muy cerca del manglar, antes la gente contaminaban menos el medio ambiente de la playa de Amarales, se cocinaba con leña y en un fogón, el uso que se le daba al mangle era doméstico y se encontraba en abundancia.
Amarales era más grande en el sector de la playa, los viejos sembraban hortalizas, hierbas medicinales, frutales, árboles para el pan coger en su quincha y por lo general siempre tenían cosechas para su familia. El hombre se dedicaba a la pesca de muchos peces y de camarones y las mujeres a prepararlos para luego venderlos al mercado. El coco era abundante, así como el plátano en la población. El medio ambiente era más limpio aunque no reciclaban tanto plástico como hoy y los residuos biológicos eran abundantes. Las fiestas ancestrales eran muy religiosas en honor a la virgen del Carmen y San Antonio.
Se pescaba con anzuelo, atarraya, chinchorro, los televisores no existían ya que no existía energía, se alumbraba con a.c.p.m, pero sí existía una diversión y toda la comunidad se divertía y participaba que era una pelota de caucho. Por aquellas épocas en la playa de Amarales se presentó un tsumani que afectó a toda la población y modificó su medio ambiente, el cementerio desapareció, algunos habitantes se fueron y otros retornaron y volvieron a construir la vereda.
Hoy todo ha cambiado, las cosas, las personas, nuestra playa se ha ido, las casas que estaban al lado de la playa azotadas por el aumento de la playa haciendo que se reubiquen dentro del manglar, uno de los grandes problemas que tenemos es el abandono de la administración de una política ambiental desde el estado, ya que hay mucha contaminación por residuos sólidos, a pesar de que nuestra institución educativa hace enormes esfuerzos, encontramos basura. Es una playa visitada por mucha gente, de regiones vecinas, bocas de Satinga, el Charco, Iscuande, La Tola, Mosquera, que genera basura y no aporta con el cuidado del medio ambiente.
Me imagino un Amarales en el futuro, sano y natural sin tantos problemas de contaminación que tenemos hoy no sólo desde la escuela vamos hacer limpieza a la comunidad, en especial a la playa, mantengamos esa buenas costumbres de seguir haciendo aseo a nuestras casas y todo el entorno para que no contaminemos nuestro hábitat. Y así tengamos un mejor planeta y lugar adecuado para nuestros hijos y las futuras generaciones.
No quiero que mi playa desaparezca, qué será de nosotros si desaparece el planeta…
Angie Moreno Quiñones