Ser actor y ser fullero
Ser director de teatro y ser fullero
Ser artista y ser fullero
Los fulleros son los tramposos
los que dejan el esqueleto intelectual
a merced de la audacia
Viven en la línea sin protección legal
y a veces pagan un seguro
contra el orden y el destino.
Para ellos
todo se puede
todo se debe
no sólo ganar limpio
sino salvarse
Ellos piensan siempre
cómo funciona el otro
cómo vender carne a carniceros
cómo vender domesticadas enciclopedias
a intelectuales
cómo cambiar la rutina sin dar explicaciones
cómo romper la fotografía histórica
de la decencia
Extranjeros o no
igual se inventan un nombre
total
su domicilio es el escenario iluminado
el decantar de un libro
el correo electrónico
en sol o en fa
pero gozar a muerte
gozar
Su condición mimatoria
los invade
cuando juegan a las cartas
miran la luz y la embarazan
la persiguen
reclutas
tras ella
abrirle las piernas
cogérsela con una palabra excitante
o con una imagen lasciva
Apuestan el cuerpo
el cuerpo y el poema
el cuerpo y la cocina
el cuerpo y la actuación
da lo mismo
a sangre fría
entre carcajadas exóticas
inician la partida
la milonga
—Vamos, hagamos la comedia —dicen
—Che, dejame pensarlo
—Estoy cargado
—Paso sin ver
Ahí la tiranía del juego
la palabra con todos sus tonos
con todas sus formas
chingada
percanta
de pie
desnuda
frente a ellos
borracha
Los Fulleros
no se toman en serio
sus órganos genito-electrónicos
tienen circuitos
desesperadamente sensibles
manualmente comprobables
Órganos como catedrales
a donde van creyentes y ladrones
santas e inconversas
Antagonistas de los moralmente
bien formados
Los Fulleros
cobran el amor a largo plazo
en efectivo
porque siempre quieren
Ellos beben del amor
como de una bolsa a dos manos
de su desnudez el anzuelo
de la fragua íntima del otro
la calentura
cada poro-torrente
albor-madrugada
cada succión un plato lleno
un algodón con vinagre
Masturbación-narcótico
para trampear al sexo
los muy vivos
Piolas
para ceñir caderas
Piantaos para disputarse el reino
En ellos sí
cada superficie reconoce un fondo
cada juego de azar un exceso
No están solos
pero nadie puede salvarlos
Tita Morales