¿Qué droga extraña tienes en los labios
que me he vuelto un adicto
de besarte?
¿Será que saben a pasión sin freno?
¿Será que cada beso,
inyección de endorfina,
me hace más dependiente cada día
y ya no sé vivir sin ellos?
Quiero más de tus besos
para seguir soñando,
para sentirme vivo
sin importar que esa adicción me cueste
perder la voluntad
y ser tu esclavo.
Óscar Pedraza