Cuando paseo contigo por este bosque recuerdo,
como esta belleza fue pagada con sangre y fuego.
La humanidad se reunió a proteger una tierra sagrada,
un último bosque donde la esperanza vivía,
un lugar en donde los ojos de los dioses no se cerraron.
La batalla nunca debe caer en el olvido,
cuando lobos de acero buscaban destruirlo,
bajo estanques cristalinos descansan ejércitos,
cuentos de heroísmo tejidos con hilo de sangre.
Soñando sobre un prado verde y frondoso,
al lado de máquinas de guerra derribadas,
destructores que sembraban muerte a su paso,
forjados por La Máquina que no conocía piedad,
la tierra ardía bajo el látigo de su destrucción.
Defendimos el bosque de llamas profanadoras,
cerramos líneas derrotando a la pesadilla,
rayos perforando sobre corazones de hierro.
Limpiamos los escombros y sembramos la vida,
semillas que vienen de una tierra verde de sueños,
salvadas de una época de exceso e ingratitud ,
criando y protegiendo lo que al mundo resucitará.
Paso a paso cederá la tierra envenenada y herida,
oigo a un mundo verde de nuevo despertarse,
la tierra renace lentamente como rocío en el alba.
Esteban Mayen Briem