La Conquista de México como evento histórico de trascendencia, tanto en la forma en que dos culturas se confrontaron como en el tremendismo con el que una raza puede conquistar a otra, olvidando que esa otra raza también es humana no ha dejada de ser arduamente representada en viñetas. Primordialmente el cómic europeo en donde autores franceses y españoles han lanzado varias versiones ya sea de carácter histórico muy al estilo de ese clásico de la difusión histórica ibérica como lo fue Fernández Palacios o llenas de aventuras de carácter fantástico como lo es el caso de “Conquistador” de los galos Jean Dufaux y Philippe Xavier. No hay que olvidar tampoco que “La Danza de la Conquista” del regiomontado Raúl Treviño es también una versión fantástica de dicho acontecimiento. Que como ya se ha reseñado previamente, incluye seres antropomorfos y fue publicado por Editorial Norma de España. Dicha combinación de atributos humanos y animales es ya muy usual en la narración gráfica europea con personajes ya clásicos como “Kebra y Keubla” del parisino Jano, que nos muestra una fuerte realidad social de lo que ocurre en África Francófona. Así como Blacksad de los españoles Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales.
Al respecto de la historieta mexicana dicho período no ha sido nunca la excepción, no hay que olvidar que la colección “Episodios Mexicanos” comenzó con el esplendor de la ciudad de Teotihuacán y concluyó con la expropiación petrolera. De igual forma, luego que al legendario Eduardo del Río “Rius” le quitaran los derechos para seguir haciendo “Los Súper Machos”, su intención inmediata fue la de realizar una historieta sobre sobre el México Prehispánico y de la Conquista: “México a Través de los Popolucos”, el cómic que no le pegó. Por lo mismo fue forzado a realizar la también clásica revista “Los Agachados”, muy similar a la que dejó de hacer. En la actualidad y en relación a la divulgación histórica, resalta la colección, “Historia Mínima de México”, editada por el Colegio de México y distribuida por Editorial Océano. En publicaciones anteriores del Ojo de Uk, ya se reseñó la obra Ricardo Peláez sobre la conquista y se mencionó también al artista más recurrente de estas publicaciones, José Luis Pescador. Dibujante originario de la Ciudad de México; pero forjado en Guanajuato Capital y León que actualmente radica en Cuernavaca. Su arte se encargó de presentar al anciano Pascasio y a su nieto Pascual en el primer tomo de la mencionada colección de narrativa gráfica histórica, introduciendo al lector en promedio; tanto al conocedor del lenguaje propio del cómic, como al que prefiere la difusión de la historia por encima incluso de la ficción. En la mencionada versión de Ricardo Peláez, hay una alternancia entre su arte y el de Pescador, puesto que este último mostró el punto de vista del indígena, mientras que el autor de la adaptación “Complot Mongol” presentó la versión del conquistador Juan Gallegos.
Al respecto, José Luis Pescador también concedió la siguiente entrevista sobre su postura ante la conquista de México y la forma en que se representa a través de globos y cuadros. Esto lo hizo luego de mostrar parte del arte que ahora conforma “La Caída de Tenochtitlán” en una ponencia que presentó en la Biblioteca Wigberto Jiménez de León, Guanajuato. Esta entrevista fue concebida en un período similar a la de Ricardo Peláez que también ya fue publicada en esta revista. Ambas se incluyen en la Tesis, “Análisis Estético y Literario de la Novela Gráfica, La Danza de la Conquista de Raúl Treviño”, presentada por Gerardo Martínez Acevedo para tomar el grado de Maestro en Artes por la Universidad de Guanajuato:
- La Conquista de México siempre ha sido un período controversial que de forma irónica aún está presente en nuestra sociedad actual y en específico ha sido constantemente retomada en la narrativa gráfica no sólo de México e Hispanoamérica, sino también en el cómic europeo: ¿A qué crees que se deba esta fascinación por una historia tan sanguinaria?
A que es una historia universal, es una de las grandes epopeyas de la historia, como la Caída de Constantinopla o las hazañas de Carlomagno. En Latinoamérica La Conquista se siente tan vigente porque las relaciones de poder siguen igual, no ha habido una verdadera revolución cultural que descolonice al continente, y cada nueva matanza de indígenas, el despojo de tierras, agua, minas, madera, los desplazamientos forzados y la lucha por los territorios nos recuerda que la conquista no ha terminado, aunque, claro, si Europa estuvo bajo el dominio árabe 900 años, tal vez no sea tarde para que los indígenas americanos se deshagan del yugo de occidente.
- A la fecha hay varias versiones de la Conquista de México tanto por parte de cronistas españoles como Bernal Díaz del Castillo o como lo que fue la “Visión de los Vencidos” de Miguel León Portilla. A su vez se ha dicho que aún no se ha encontrado la realidad de los hechos. ¿Tú nueva novela gráfica pretende dar una versión propia de lo ocurrido o sólo dar a conocer dicho acontecimiento a través de la narración secuencial?
Es una versión propia, con elementos que extraje de varias fuentes y cruzando información. Considero que no existe una sola versión de los hechos y ni siquiera una falsa y otra verdadera, sino que está condicionada a los intereses del que la cuenta. Justamente por tener consideraciones de ese tipo es que me he tardado tanto en terminarla, unos 20 años ni más ni menos; es una historia que he rehecho varias veces, pensando si será del agrado de los conocedores o si la tomarán muy en serio y literalmente quienes desconocen el tema. Al final me he decidido por contar la historia como me venga en gana, como dice Woody Allen: no conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todos. Empecé a hacerla a partir de una beca de jóvenes creadores en el estado de Guanajuato en el año 1998, la investigación era directamente en las bibliotecas y visitando todos los museos y sitios arqueológicos que he podido, les mostré el trabajo a especialistas como Charles Wrigth e Iker Larrauri. No he dejado de estudiar el tema, recientemente me he sumado a la iniciativa de Feike de Jong de recorrer la antigua orilla de Tenochtitlan a pie, lo que me permite tener una idea clara de las dimensiones de la ciudad que estoy dibujando.
- Actualmente existe una revaloración de la historieta histórica mexicana, autores como tú y el tapatío Sergio Vicencio han participado en la antología de “Nueva Historia Mínima de México”, nueva versión homónima en cómic de otra que ya existe en el Colegio de México y que se distribuye a través de Editorial Océano. En tu caso, dibujaste el primer tomo dedicado al “México Antiguo” y parte del segundo enfocado a “La Conquista”. ¿Qué nos podrías compartir de dicha experiencia en relación a las exigencias del Colegio de México y a la búsqueda de referencias para que se logrará dichos tomos que a criterio de muchos colegas son de los mejores gráficamente representados?
Encargos de ese tipo, es decir de cómic de época, me los tomo muy en serio, e investigo todo lo que puedo para lograr una buena ambientación, además, siempre a contrarreloj porque hay que entregar en el deadline preciso, pero por suerte disfruto mucho esos momentos de buscar referencias. Trabajo muy de cerca con el editor, que en muchas ocasiones tiene el ojo más atento que yo y funciona como un director de escena, corrigiendo, señalando y haciendo cambios. Sin un sentido de trabajo en equipo es imposible hacer bien estos trabajos. Por cierto que estos libros me resultaron más sencillos porque estoy familiarizado con el tema y también pude aportar mis propias ideas en el resultado final.
- Hace unos meses en la Cómiteca de la Biblioteca Wigberto Jiménez Moreno de la Ciudad de León, Guanajuato tu presentaste avances sobre tu actual proyecto enfocado a una nueva novela gráfica sobre la conquista en la que ahora tienes mayor libertad creativa y utilizas referencias de autores como José Clemente Orozco que también tiene unos interesantes murales sobre dichos acontecimientos en la Ciudad de Guadalajara. ¿Cómo ha sido tu experiencia ahora que puedes verdaderamente imponer ya conocido estilo de narrador gráfico? ¿Por qué te gusta expresar tus viñetas a través de este período histórico en específico tomando en cuenta que ya también lo has hecho en otros como sobre todo lo son la Independencia y la Revolución, así como el cómic independiente que actualmente estás distribuyendo sobre ese guanajuatense ejemplar que fue Ignacio Ramírez?
Del movimiento muralista mexicano, Orozco se desmarcaba de esa visión romántica que tenían sus colegas sobre el México antiguo, él decía que ambos, conquistadores e indios eran crueles y sanguinarios, su visión era la de una gran tragedia de sangre y fuego, y los murales del Hospicio condensan su manera de pensar, ahí está representada la conquista de la América septentrional, narrativa y visualmente, como un gran cómic. En las viñetas de La Caída hago varias referencias a la obra de Orozco, y también de muchos otros pintores como Francois Millet, Saturnino Herrán, Goitia, Posada, Rivera y González Camarena, aunque también a artistas de cómic como Jack Kirby.
Me gusta abordar temas de época porque es fascinante recrear y ambientar tiempos pasados; cuando hago cómics me imagino que soy Peter Greenaway haciendo una película, soy el director y pongo a los personajes a actuar, con la diferencia de que son actores dibujados.
- Y a tu criterio, como una especie de historiador gráfico en el que se puede decir que te estás convirtiendo, ¿Se ha dicho lo suficiente sobre la Conquista de México? ¿Aún falta llegar a nuevas conclusiones para llegar a un acercamiento más concreto a lo que verdaderamente ocurrió?
No creo que se diga lo suficiente nunca, es un tema inacabable y no se ha entendido lo bastante para sacar provecho de lo que sucedió, debemos hablar y discutir sobre la actitud de Motecuhzoma ante los extranjeros, nos urge saber quién efectivamente lo mató y cuáles fueron las circunstancias, es un magnicidio sobre el que se funda una nación, eso debe significar algo, si no se ha resuelto ese que sucedió hace cinco siglos, mucho menos vamos a saber quién mató a Colosio. Hay organizaciones que reivindican a Cortés como el padre de la nación mexicana, por otro lado Malintzin empieza a ser entendida desde otro punto de vista distinto al de traidora, incluso puede que sea reivindicada desde una perspectiva feminista. Sin duda hace falta problematizar mucho más la Conquista de México; personalmente evito hablar de “Conquista”, prefiero invasión, caída, derrota, porque las palabras son importantes y construyen la memoria histórica. No me considero historiador, más bien un divulgador de temas que a mí me parecen pertinentes, me gusta pensar que recojo la estafeta de Rius y la continúo, y me identifico plenamente con la narrativa de Joe Sacco, Art Spiegelmann y Jesús Cossío.
- Ya has comentado que en nuestro país hace falta un cómic más social, tú eres de los pocos que se dedica al Nuevo Periodismo Gráfico tanto como a presentar Historieta Histórica. ¿Crees que con este arte podremos llegar más a fondo a crear un verdadero muro de la conciencia de muchas cosas como lo ocurrido en Atenco que también ha documento? ¿En este caso la Conquista también fue una etapa tremenda con muchas atrocidades de ambos lados, pero actualmente se necesita crear conciencia con este periodo o difundir su conocimiento para que fundamentalmente se fomente un criterio?
Si el Nuevo Periodismo Gráfico se parece al Nuevo Cine Mexicano, gracias, pero no gracias, jajaja.
Soy pesimista al respecto, no creo que un cómic cree consciencia ni contribuya a ningún cambio social, pero estoy convencido que debe hacerse, me da una flojera tremenda leer los cómics de muchos colegas que se enfrascan en reflexiones existenciales que no llevan a nada, o crean superhéroes seudo aztecas o enmascarados que calcan el modelo del Batman y defienden la justicia en abstracto, sin comprometerse con nada, sin tomar en cuenta las decenas de periodistas asesinados, los feminicidios, la corrupción, el narco gobierno, los abusos del clero o a personajes siniestros como la Sra. Wallace, nada de eso les importa ni se sirven de ello para crear historias mínimamente interesantes; ante ese panorama, concluyo que como creadores estamos culturalmente colonizados por el mainstream gringo, y debemos zafarnos de él, crear formas diversas de narrar, formas propias. Recién compré el cómic de Mundo Diablo, extraordinariamente bien ilustrado e incluso bien narrado, pero no dice nada sustancialmente original, no corre riesgos, es una pena.
El tema de la conquista es bastante rico y complejo como para volver una y otra vez a él, y fuente inagotable para cómics, películas, series, no sólo es Tenochtitlan, está la Guerra del Mixtón, las guerras chichimecas, la rebelión de Jacinto Canek y otros líderes mayas, la conquista de Centroamérica, la muerte de Cuauhtémoc, Tupac Amaru, el imperio inca, el exterminio de los mapuches… hasta las actuales guerras que nos enseñan que la conquista no ha terminado, como la matanza del Mozote en El Salvador o las autodefensas en Michoacán y Guerrero.
- El orador y filósofo romano Marco Tulio Cicerón comentó alguna vez que un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla. Al respecto es curioso que el mexicano tiene una fuerte desinformación de su pasado y eso repercute en muchos aspectos negativos de nuestra sociedad. Es un hecho también que el cómic ofrece nuevas capacidades para el entendimiento histórico. Las preguntas serían las siguientes: ¿Por qué siempre has mostrado esa predilección por la divulgación histórica por medio del cómic? ¿La historieta es una nueva oportunidad educativa para el mejor conocimiento de esta ciencia?
Sí, el cómic es un caballo de Troya para las ideas, pueden insertarse discursos muy complejos disfrazados de entretenimiento aparentemente inocente como los cómics. Prueba de ello es el Capitán América y el concepto del superhéroe, la serie de películas que actualmente dominan el mercado están dirigidas a reforzar el concepto de la excepcionalidad del americano y fomentan la idea que su esfuerzo individual es suficiente para derrotar cualquier ejército sin importar lo grande que sea. Hace unos años, el gobierno de Hugo Chávez sacó una serie de figuras de acción de héroes nacionales como el General Miranda y Simón Bolívar, para -dijo- contrarrestar la influencia de los héroes norteamericanos, y ofrecerle a los más jóvenes, héroes locales como modelos de influencia. Aunque los medios lo ridiculizaron, lo cierto es que no le faltaba razón, se trata ni más ni menos que de la identidad de una nación y la memoria histórica.
- Actualmente hay una fuerte combinación de las cuestiones verídicas con la fantasía como fue el proyecto en el que participó tu servidor, “Monstruos de Vapor” o la misma obra que ahora estoy analizando para esta tesis, “La Danza de la Conquista” de Raúl Treviño. ¿A tu criterio estas versiones fantásticas de etapas históricas pueden provocar el interés de conocer como fueron los hechos en realidad después de lanzar una visión fantástica?
No lo creo, eso no sucede en la vida real, después de ver una película de superhéroes las personas no corren a comprar cómics, como tampoco van a comprar libros después de ver una película basada en uno. Creo que son ejercicios narrativos autónomos, esa es su gracia, ambas obras que mencionas son ficción o ficción con elementos históricos, pero independientes de la historia, no le hacen un favor a la industria editorial. Ambas son muy buenas historias. En el caso de Monstruos de Vapor el mayor defecto que le veo es que no haya continuidad, es una lástima, es muy buena idea revisitar el porfiriato y hacerlo steampunk, tengo alguna historia en el cajón con la misma idea, el tema es fascinante y gráficamente da para crear un verdadero universo, el porfiriato lo tiene todo.
- Y dentro de tus gustos personales, ¿Cuál sería la etapa de la historia de México que más te gusta dibujar?, ¿Cuál sería lo próximo que harías por puro gusto personal dentro de este tema?
Hay muchos temas que me gustaría abordar. La guerra del Mixtón y la rebelión de Jacinto Canek sin duda, aunque también la guerra cristera. Tengo en el tintero una historia sobre Nahui Ollín, y la adaptación de Estas Ruinas Que Ves de Jorge Ibargüengoitia, así como mi versión del Principito. Una que también he trabajado parcialmente y está en mi estudio es sobre el gemelo malvado de Diego Rivera. Tengo varias obras de ficción que sería largo e inútil de enumerar. Espero ir sacándolas todas a través de la revista Marambo Cómix.
- Y para concluir esta entrevista. Son pocas las investigaciones académicas mexicanas que se hacen sobre historieta y esto se debe a que con frecuencia se le sigue considerando un arte menor. ¿Por qué crees que aún se le denigre de forma tan radical y la mayoría de las veces a causa de una total ignorancia por su estética y contenido?
Me parece que las mejores obras de la narrativa gráfica mexicana no tienen difusión, sólo las conoce un reducido número de lectores, casi sólo los amigos del autor(a) y no llegan a los medios de difusión, ni a los círculos académicos, ni a nuevos lectores, ni a las librerías, ni mucho menos a los puestos de revistas, estos últimos dominados por las ediciones de Panini y Televisa como un ejército de ocupación, de modo que el cómic mexicano es por definición un arte en resistencia, underground, indie, eternamente independiente, incluso los títulos que tienen más circulación se ven aplastados por el cómic extranjero. En general tengo la impresión de que son pocos los detractores del cómic, al contrario, se le recibe con entusiasmo en las universidades, en las ferias del libro y en las librerías, incluso la industria editorial la ve como una bocanada de aire fresco. Nos quedará profesionalizarnos más para ver que esta situación mejore, los mejor organizados en todo sentido son la avanzada regia, con la iniciativa Fixión, que seguramente dará más de qué hablar en el futuro y sin duda cambiará la percepción acerca de lo que se entiende como Cómic Mexicano.
Ahora bien, de modo reciente ya fue publicada la mencionada obra de “La Caída de Tenochtitlán”, siendo narrada totalmente desde el punto de vista indígena tal como lo hiciera el fallecido Miguel León Portilla en “La Visión de los Vencidos”. Todo comienza con la ciudad sitiada por los españoles y tlaxcaltecas con la gran cantidad de muertos y heridos que se mencionan en las crónicas, todo es narrado por un “Tlacuilo” (Sin entrar en alegatos sobre lo que muchos denominan la “prehistorieta”, se ha dicho que la escritura náhualt es la más parecida a la narración gráfica actual, todo se fundamenta en su versión, no sólo la de un vencido, sino la de una especie de historietista de la antigüedad. En base a ello comienza toda la historia en viñetas de lo que fue la caída de la segunda urbe más grande y poblada de su tiempo.
Gerardo Martínez Acevedo.