Noches de ciencia ficción Vol 1. Reseña.

Hace dos viernes viernes te invitamos a ver cuatro, sí, cuatro obras de teatro con temática de ciencia ficción.  Si no fuiste te lo perdiste, Uk si fue a echarles un ojo y aquí te dejamos la reseña. Al final de la misma te dejamos nuestros comentarios.


Testimonio de un terrícola
, autor y director Missael Guerrero.

Un habitante de la Tierra estrelló su nave en otro planeta, donde su líder y su ministra de defensa llevan a cabo un interrogatorio. Si bien al principio el lenguaje del humano es imposible de traducir, gracias a la tecnología pueden entablar comunicación con él, quien lo hace con rimas urbanas. El miedo a lo diferente y el abuso de sustancias para expandir la mente, llevarán al náufrago al borde de la muerte, no sin antes hacerles una advertencia a sus captores, sobre el destino de su planeta si no dejan de guiarse por el miedo.

Regina quiere detenerse, de Vidal Medina. Dirección de Colectiva.

La ciencia ficción nos retrata en el espejo del futuro, nos hace ver cosas que no vemos porque estamos, en este nuestro presente, tan inmersos en nuestras cosas que nos pasa desapercibido lo irracional de nuestras conductas. En esta obra presenciamos una «sociedad» donde uno de los personajes está tan acoplado a su ambiente que le parece raro que el otro personaje, Regina, no se acople. Que cuestione, que quiera saber qué hay más allá de la vida rutinaria, aspiracional y ligada a la obediencia ya por costumbre ya por temor al castigo, vida que su compañero adora. Con estéticas y tropos que nos recuerdan a Black Mirror o a las drogas de Un Mundo Feliz, la obra logra lo que la buena ciencia ficción siempre debe de lograr: que nos cuestionemos nuestro presente si queremos un mejor futuro.


Soy Seldon
, de Jonathan Basurto. Dirección de Sara Vega.

En una minimalista y potente obra el cuestionamiento que presenciamos es ¿cómo seremos capaces de distinguir entre una inteligencia artificial y un ser humano que sirvió de molde y modelo para dicha inteligencia? Aunque el test de Turing ya se preguntaba eso con el nacimiento de la informática a mediados del siglo veinte, el género nunca ha soltado esa interrogante aun en el futuro que ahora ya es pasado, recordemos que en este año el más famoso Blade Runer se dedicaba a resolver esos enigmas. Lo mismo que la buena literatura, la obra linda las cuestiones filosóficas que, invariablemente nos invitan a reflexionar en lo que nos hace humanos y eso no es un asunto menor. Bien por la obra que con su final te dejará cavilando sobre si elegiste o no bien a tu replicante.


Las muñecas del valle inquietante
, de Perla Saldívar. Dirección de Laboratorio del Ser.

Basada en un cuento de la autora esta puesta en escena, enriquecida por el talento de directora y actores, nos sumerge en un mundo donde alguien se somete a pruebas de genoides a cambio de un mal pago porque, como en tu mundo real, las opciones son malas y peor pagadas. El desarrollo de la trama nos deja ver el cambio del ser artificial donde las cosas sutilmente van saliendo mal, el trabajo de la voz en off que hace la voz del robot, ya que la actriz que le da vida no mueve los labios al hablar, detalle que refuerza esa extraña sensación de estar ante algo que no debería pero nos provoca temor. El desarrollo de la trama pasa por el nacimiento del género recordándonos a Shelley y su Prometeo así como la indolente presencia de las compañías que sólo buscan sus ganancias a pesar de que las cosas no salgan del todo bien.


Dúctu
, de Melissa Meléndez. Dirección de May Durán.

En la más gustosa aproximación al cyberpunk Dúctu nos adentra en el cincominutosenelfuturo, con un planteamiento social muy actual, la toda poderosa y ambiciosa multinacional de bienes de consumo haciendo mancuerna por nuestro chip regio altamente consumista. La oferta: un implante que nos facilita las decisiones monótonas de la vida para disminuir nuestras ansiedades, aumentar nuestra productividad y casi, según el fabricante, desaparecer nuestras erróneas decisiones ya que ese es el trabajo de Dúctu: analizar todos los posibles escenarios para elegir de mejor manera, la automática,  nuestras opciones. Aquí nuevamente nos vemos retratados por el estrés que queremos evitar, por la adicción a los bienes de consumo, a la insaciable actualización (a cambio de un costo, claro está) de dichos artilugios.

Hasta aquí mi reporte, Joaquín. Y las breves y locas conclusiones de presenciar ese delicioso juego teatral (las obras se montan en una casona del centro de la ciudad, una en cada rincón de la casa, son breves, ambientadas con recursos sumamente creativos, con un trabajo actoral a la altura de los textos) te las comparto enseguida.

La temática de la creación artística es fruto del entorno en la que se crea. Y, platicando con Perla Saldívar, llegamos a la conclusión de que el hilo conductor de las obras es el miedo, reflejo del ambiente que vivimos por lo menos en este rancho grande. Las obras retratan ese miedo a: la alienación, la soledad, la tecnología, las megacorporaciones que nos tienen a nosotros y al mundo en sus manos. Sí, concuerdo con ello. Pero si lo pensamos bien, hace mucho tiempo que al Dr. Frankestein todo le salió mal y nos sigue dando miedo aun en un mundo tan tecnologizado como el nuestro.

Pero creo que debemos superar esos miedos o, bien, encontrar armas para evitar aquellas cosas que nos provocan ese temor. Vamos, no todo es tan malo, seguramente sin la tecnología nostoros no podríamos llegar a ti cada viernes para que leas las cosas bonitas que publicamos en tu revista favorita: El Ojo de Uk.

Benditas redes sociales dijo el cabecita de algodón.

Samuel Carvajal Rangel

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