Como un impulso existo
como si nunca hubiera existido
Como siempre
Vivo en un tiempo
donde la musa-palabra
es concebida para emitir y acuñar
la ausencia
la reducción
Donde la mano no es la prolongación del cuerpo
sino el cuerpo mismo
y sus latidos
Creación manuscrita
que inunda las superficies
Y muestra desmembrados trozos
sin dirección
sin finalidad
Ese escribir por largas horas
de niños parecidos a nosotros
como de sistemas y satélites
del ritmo aéreo de pájaros
de orilla de ríos y verdores
como la impresión lejana de la herencia
Ese irnos hacia afuera en multitudes
No querer concluir
ni habitar
Desleer el cuerpo de la mano
(latido, quedaste atrás)
Leer la máquina
no sus pasajeros
no el viaje y sus nervios
no el mar que los contiene
Leer la máquina
por ser la última noticia
¿Será que leemos en un corredor
que tampoco da a la calle?
Existo
si existe una palabra completa
una mirada con objeto
una profundidad
aunque sea el olvido
(vía natural de la muerte)
Una profundidad
donde esté la raíz palabra
(no sé por qué razón)
abrazada a la tierra
cualquiera
sin fronteras
Una profundidad
donde antes el amor
la casa
el abrigo
que lo sé
no lo es para todos
ni para siempre
No la superficie obscena
que glosa de mí:
Mujer-elefante rosa
Mujer-pantalla de plasma
Mujer-fibra de vidrio
Más allá del gusto
De la maldita aproximación
Sí
la mujer-materia de treinta años
Desposada con la muerte
hace treinta años y nueve meses
Hija perdida
Vivamuerta
(para ellos)
Madre en sacrificio
cuando tenga cincuenta
(si los tengo)
Hermana-poeta-loca
como si yo la hermana
del hermano de Martha Kornblith
Venezolana ella
Mexicana yo
Una mujer con vicios lingüísticos
Vicios sensuales
Vicios angustiosos
Isabel Sú.