Mexicanos hacia el Hugo: «Una realidad más amplia»

La pasión de este semanario por la ciencia ficción ha sido patente desde el día que nació, y aunque estamos seguros de que es compartida por muchos de nuestros lectores, también creemos que probablemente haya recién llegados que al ver el encabezado de este artículo se estén preguntando quién es ese tal Hugo que estoy mencionando.

Pues bien, desde 1955 los participantes de la World Science Fiction Convention o «WorldCon» han votado para elegir las mejores obras del género publicadas en el año anterior y el nombre del premio es en honor al escritor, editor e inventor holandés (naturalizado norteamericano) Hugo Gernsback, quien fundó la legendaria revista «Amazing Stories», pionera en presentar exclusivamente historia de Ciencia Ficción, y de la que fue su primer editor. En pocas palabras, los «Hugos» son los «Óscares» de la ciencia ficción… dicho sea con todo respeto para los premios Nébula.

Entre los nominados del premio encontraremos obras clásicas de escritores que dieron forma al género durante la Edad de Oro (Asimov, Bradbury, Sturgeon, Heinlein, Leiber, Vance, Clarke); la Nueva Ola (K. Dick, Herbert, Ellison, Zelazny, Delany, McCaffrey, Anderson, Le Guin, Silverberg); los tiempos del Cyberpunk (R.R. Martin, Card, Aldiss, Sterling, Gibson); el post punk (Bear, Robinson, Butler, Shepard, Simmons, Chiang, Haldeman); y la Última Generación (Stephenson, Egan, Sawyer, Hopkinson, Doctorow, Di Filippo, Miéville, Banks, Bacigalupi, Stross, Gaiman, Willis, Jeminsin y Okorafor).

¿Y qué podemos decir de los latinos? En 1957, el primer apellido de este origen que encontramos fue en el premio a mejor Fanzine, entregado a «Science Fiction Times» editado por James Taurasy, Ray Van Houton y Frank R. Prieto Jr (nominados de nuevo en 1959 y 1960). Pero no fue sino hasta 1979 que se vería a un oriundo de nuestra otra América, con la nominación de Boris Vallejo (nacido en Perú) como mejor artista profesional. Pasarían treintaycinco años antes de que «Gravedad» de Alfonso Cuarón reclamara un premio en la categoría de Presentación Dramática de Formato Largo, y para que Julia Ríos fuera nominada para el premio a Publicación semiprofesional en el 2013, 2014, 2016 y 2017; ganando el premio el año pasado para la revista «Uncanny Magazine».

Así que el decir que «The Mexicanx Initiative» está nominado a este premio en la categoría de Mejor Trabajo relacionado, no es poca cosa.

Lo cual nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Qué es «The Mexicanx Initiative»?

En enero del 2018, John Picacio propuso apoyar la presencia de cincuenta de los más representativos autores mexicanos del género en la 76a edición de la WorldCon. En su propuesta, abierta no sólo a quienes tuvieran esa nacionalidad, sino que compartieran sus raíces, recibió más de quinientas solicitudes en dos meses. A partir de esa lista de candidatos, surgió la campaña para fondear la antología bilingüe «A Larger Reality: Speculative Fiction from the Bicultural Margins / Una realidad más amplia: Historias desde la periferia bicultural», editada por Libia Brenda (quien es miembro del colectivo Cúmulo de Tesla; y un sitio web en el que además de poder descargar el libro de forma gratuita, puedes ver fotografías sobre la experiencia de nuestros paisanos en la WorldCon del 2018.

Los premios Hugo serán entregados la próxima semana y para que no te quieran chamaquear, el Ojo de Uk te trae una reseña muy breve de las doce historias que la conforman.

«Vallas» de José Luis Zárate.
En la frontera norte, el Circo Orillero merodea entre los pueblos de un desierto cuya aridez raya en los apocalíptico, siempre a la sombra de un muro enorme. Una de sus atracciones es un gringo auténtico, mismo que podría cruzar el muro utilizando su huella genética, si quisiera.

«Aztlán liberado» de David Bowles
Con una gran influencia de las B-Movies de los ochentas y la narrativa de Robert Rodríguez, seremos testigos de cómo una partida de cholos armados hasta los dientes, está lista para acabar con una amenaza extraterrestre. Divertida y muy visual, pide a gritos adaptarse a cortometraje.

«Universalmente reconocida» de Julia Ríos
No es común leer historias de realidades alternativas en la ciencia ficción mexicana, pero aquí tenemos una de ellas que es brillante: Carrie llega a una de las múltiples realidades del multiverso y se encuentra con Osmundo, quien en todas es su amigo. En su búsqueda del amor y de sí misma, encontraremos innumerables posibilidades para nuestras propias vidas.

«Matachín» de Felecia Cantón
El sincretismo, la adopción de otras culturas, las relaciones tóxicas, una investigación cuántica y una prosa bastante bella que a veces raya en la poesía, nos ofrecen una mirada a las posibilidades que se desarrollan ante nuestros ojos.

«Kan/Trahc» de Iliana Vargas
Una historia que transcurre en tres días, donde el personaje principal, quien narra en tercera persona, se somete a un procedimiento quirúrgico de resultados inciertos. Con reminiscencias de «Soylent Green» y «La Isla», Vargas explora los terrenos del ribofunk (biopunk) que raras veces podemos encontrar en nuestra literatura.

«La carpeta» de Ángela Luján
Si bien soy de la opinión que los superhéroes no pertenecen a la CF sino a la fantasía, este simpático relato nos narra el encuentro entre un veterano vigilante de videoclubes y una jovencita que recién descubre su vocación y sus superpoderes. Simpático, y recomendable para lectores jóvenes.

«Rosas de la infancia» de Raquel Castro
Una niña recibe un zombie de cumpleaños y le da el mejor (y acaso único) uso posible. Bien contada, graciosa y con un remate al final que sacará una sonrisa si el lector lee con la inocencia de un niño.

«Dispara» de Pepe Rojo
Veterano de la generación de BEF, Zárate y Chimal; Pepe demuestra su habilidad con una narrativa desde la perspectiva de un jugador de videojuegos, cuya vida transcurre entre el enajenamiento y el ser un beta tester.

«Aquí sí se entiende todo» de Alberto Chimal
Chimal nos explica porqué los videos virales que circulan en nuestras pantallas de celulares realmente no nos sorprenden, como lo hacen con quienes viven fuera de nuestro territorio. Un ejemplo de porqué nuestra realidad ya es cyberpunk, y de creepypastas convertidas en leyendas urbanas modernas.

«La música y los pétalos» de Gabriela  Damián Miravete
Sin ánimos de menospreciar a todos los participantes, este fue uno de mis cuentos favoritos: Una niña nos lleva a un mundo decadente, tal vez postapocalíptico, tal vez ucrónico; donde el racismo histórico se mezcla con secretos familiares oscuros, descubiertos por una mulata, y que finalmente cambiarán la vida de la protagonista.

«El aire limpio olerá a albaricoque plateado» de Andrea Chapela
Otro de mis cuentos favoritos, acaso porque ejecuta sin fallas una narración que se puede calificar de solarpunk, explorando los cambios que traerá a la sociedad el concepto de «Bosque sagrado» que poco a poco se está proponiendo. Emotivo e inspirador, es un ejemplo de texto donde se nos presenta un futuro verde y esperanzador.

«Rizoma» de Libia Brenda y Richard Zela
En este cómic escrito por Libia e ilustrado por Zela, se nos muestra una paradoja temporal muy humana, en la que se hace un homenaje a las historias de viajes en el tiempo, y descubrimiento personal.

Pues esa es la reseña, te dejamos un enlace para que la descargues y la disfrutes:
https://www.mexicanxinitiative.com/mexicanx-anthology

P.D: Por cierto, recuérdenme algún día contarles la historia de la antología «Three Messages and a Warning» nominada al World Fantasy Award en 2013.

Abraham Martínez Azuara

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