La tarde del 30 de octubre comenzaron a llegar y secuestrar a las personas más brillantes del planeta. Les leyeron la mente con sus tentáculos para averiguar si era posible invadir de manera pacífica, pero en eso un error se cometió en Grovers Mill, uno de los puntos de arribo. A las 8 de la noche unos periodistas de radio comenzaron a reportar lo que sucedía, fueron eliminados. La transmisión se interrumpió.
Dadas las circunstancias tendrían que proceder de manera violenta, aunque no querían desperdiciar mentes, pues de hecho venían por ellas, por la parte inconsciente. Buscaron entre los pensamientos de la gente capturada, en trance, y encontraron una idea, el atisbo de una, en un joven productor de radionovelas: él podría convencer a la población de que todo se trataba de una ficción basada en un libro. Lo despertaron, le preguntaron que si quería salvar millones de vidas humanas, que si realizar su idea era posible, que si él podría lograr que funcionara.
—Como que mi nombre es Orson Wells.
Fue teletransportado a la estación de radio acompañado de representantes marcianos. La transmisión se reanudó con una disculpa suya. La luna brilló más que nunca sobre Broadway.
Jorge Chípuli