En este especial del mes de junio dedicado a la diversidad sexual, aprovechamos para matar varios pájaros de un tiro, o de un sentón diría algún perdido personaje de esta obra: Retomamos esta sección de tu semanario, encaja con la temática del especial del mes y rinde un modesto homenaje a este gran cronista.
Si te vas a asustar espántate de una vez: «Tengo dos viejas, una que es a la que respeto y venero, la otra a la que me culeo hasta que escupe sangre, pero me gustan los putitos» Su azorado interlocutor cierra sus propios escapes: «Pues yo soy eso, pero sordeado». Infierno negro.
Vuelta prohibida es una recopilación de la narrativa producida por Joaquín Hurtado Pérez entre los años 1991 y 2003, vale la pena aclarar que ya existe un segundo tomo, que abarca su producción literaria entre los años 2004 y 2018, pero ese te lo reseñamos en otra ocasión.
La obra está compuesta por textos cortos que pueden pasar por crónicas de arrabal, cuentos de joterías, historias en medio de la lucha contra el flagelo viral, poesía entre líneas y no de coca, o por qué no, también de coca, todo engalanado con una prosa adornada de lentejuelas jotillas y términos no usados en la literatura «formalita».
El material aquí reunido comprende: Antología de becarios, centro de escritores de Nuevo León; Guerreros y otros marginales; Laredo Song; Crónica sero. Todo en una muy galana edición gracias a la mano de Editorial Atrasalante, la UNAL y su Editorial Universitaria UANL.
Sumergirse en la lectura es visitar lugares que difícilmente conocerás si eres gente de bien, cualquier cosa que eso quieras que signifique; es conocer personajes disímbolos y marginados; es «escuchar» un habla coloquial que sólo si sales de tu burbuja con entrada privada podrías conocer; es saber de situaciones límite que Joaquín te las muestra desnudas y erectas con un estilo que te hipnotiza a la vez que te arranca una sonrisa cómplice y, ocasionalmente, un gestito de huelecaca.
¿Por qué Joaquín escribe de antros de mala muerte, hoteles de cinco pesos en lugar de cinco estrellas, lugares de ligues clandestinos en donde se encuentren machos en celo? Ve tú a saber.
¿Por qué sus letras están plagadas de toda la fauna LBGTTTQI inlcuyendo chichifos, mayates, jotitos, machorras, putos a secas, vestidas y anexas? Y antes de que derramen ofendidas lágrimas milenialis, esos apelativos en modo alguno son, ni aquí ni allá, despectivos. Es el habla de los submundos a donde nos lleva a dar el rol el maestro Joaquín. Así que supongo que esos habitantes de sus páginas están ahí por su vida dedicada al activismo en la lucha contra el sida y el reclamo por los derechos de la comunidad.
«A caballazos llega la bronquitis. A machetazos cunde la flema. A bala caliente me alcanza la úlcera. Casi cuarenta centígrados y les digo que veo la sombra de la Nada». Muerte del poeta.
¿Por qué entre tanta sordidez resuma poesía, y de la buena, lo que escribe y nos comparte? Será que conoce mejor que muchos la naturaleza humana gracias a su carrera docente y el amor a la filosofía.
¿Te recomiendo que lo leas? Definitivamente sí. Sé que te puede sonar chocante hablar de esos temas en esos términos, sobre todos si eres conservador, religioso, homofóbico, macho calado, regio aspiracional o, mejor, todas las anteriores. Pero no le tengas miedo, no se pega, amén que la obra es un referente de la literatura norestense, es un asomo a esos lugares sin límites, a las vidas en el limbo que siempre serán las más interesantes. Pregúntale a Joaquín.
Samuel Carvajal.