La conquista española en México es un periodo histórico que como tal, ha tenido una repercusión a nivel mundial en cuestión de análisis y controversias. A su vez dicha imposición de idioma, religión y cultura ha dejado una huella muy característica en la forma de ser del mexicano que a la fecha no ha podido borrarse en relación a aspectos actuales como lo es la marginación a los pueblos indígenas y un notable racismo hacía ellos, pese a toda la evolución que ha habido en nuestro país desde entonces, a tal grado de que su exterminio continuó en otras facetas de la historia de México, una de las más notables fue en el Porfiriato y la lucha indiscriminada contra los “Yaquis” de Sonora. Más allá de los ambientes académicos, la conquista ha sido uno de las facetas más explotadas en representaciones como lo es la literatura clásica y moderna, la pintura, el cine y de forma muy peculiar, la historieta o narrativa gráfica. Un caso muy concreto fue el ya lejano 1992, año de disputa y controversia al celebrarse los 500 años del descubrimiento de América. Al respecto, el cómic español o tebeo no fue la excepción al publicar una colección histórica con dicha temática de divulgación bajo el sello de la renombrada casa editorial “Planeta de Agostini”. Evidentemente su ideología no dejó de ser criticada, pese a la misma admiración que presentaban hacía los pueblos de América, como un ejemplo se nombra a los mayas como los griegos del continente.
De forma totalmente contraria en cuestión ideológica el autor mexicano Eduardo del Río “Rius”, publicó ese mismo año, el libro “Fregados pero Cristianos”, crítica arduamente fuerte a la conquista y en específico a la ideología española sobre dicho período, quizás este autor no sea un teórico como tal, pero su trascendencia en la historieta mexicana de esta temática ha sido inminente, en publicaciones como “México a Través de los Popolucos”, “Los Súper Machos” y “Los Agachados”. Es famosa la frase del emblemático personaje Juan Caltzonzin, alter ego del mencionado autor michoacano al respecto de la conquista:
“Hace un chingo de años que los indios éramos bien chingones, pero llegó un chingamadral de chingados gachupines y los muy hijos de la chingada a puros chingadazos nos chingaron toditos. ¿No son chingaderas?”
En el menos lejano año del 2010, “El Colegio de México”, publicó una colección de “Historia Mínima de México” en historieta, siguiendo una fuerte tradición de representar la el pasado mexicano en viñetas con colecciones similares de ardua trascendencia en el pasado editorial como “México Historia de Un Pueblo”. En esta nueva colección homónima de otra más profesional y académica publicada también por la mencionada institución, la ideología cambia de forma radical de lo que anteriormente se publicó en las mencionadas ediciones españolas, al mostrar a un abuelo que le cuenta a su nieto las diferentes facetas del país, iniciando con “El México Antiguo” y “La Conquista”; que como dato curioso fueron ilustrados por el autor guanajuatense José Luis Pescador, en relación a aspectos de divulgación por medio de este arte que es la narrativa gráfica. Aunque nacido en la Ciudad de México en 1979, Pescador siempre se ha caracterizado por haberse dado a conocer en León, Guanajuato y de hecho es egresado de la Licenciatura en Artes Plásticas por la UG, artista visual de pintura figurativa, dibujante de cómics, ilustrador, entre otras cosas pues es un creativo arduamente reconocido en la actualidad a nivel nacional e internacional. Es necesario abrir el tomo para ver los créditos de la ilustración con todo y que analizando el arte es muy notable la marca personal de Pescador en relación a dibujar a su personaje más personal “El Marambo”, en la página siete en donde aparece la diversidad étnica de México en una representación como lo es la danza del venado del estado de Sonora. A su vez, él se auto representa dibujando en la página 18 y lo vuelve a hacer al notar que va caminando con sus hijos por el “Museo Nacional de Antropología e Historia” en la página 24. Inicia gráficamente toda la continuidad de esta colección, pues todo comienza en un departamento o incluso todo un piso de algún edificio de la Ciudad de México, en donde un abuelo de nombre Pascasio recibe un par de días a su nieto Pascual. En su interior, la casa del hombre está llena más de libros que de cualquier otra cosa, pero también hay un restirador para dibujar, un cártel del “Festival Internacional Cervantino” máscaras étnicas, una imagen del mural “Cortés y la Malinche” entre otras cosas, por lo que viene la típica pregunta que un niño haría al confrontarse con dicho espacio:
-Abuelo, ¿De dónde has sacado tantas cosas?
-Han sido muchos años de interesarme en la historia de México.
Ahí comienza la narración del abuelo al hablar de muchos Méxicos formados por muchas y diversas etnias que en parte derivan de lo que fue el periodo antiguo de nuestro país, curiosamente entre los muchos libros que aparecen en las viñetas se hace notar la portada de “Los Antiguos Mexicanos” de Miguel León Portilla. Un clásico de la literatura prehispánica, por lo que esta escena detona lo que será toda la serie. Y volviendo al México antiguo, es curioso que pese a que esta entrega rompe con muchos elementos propios del lenguaje del cómic como el presentar globos con demasiado texto cuando por lo normal la regla es de 25 palabras como límite y perder en ocasiones la secuencia de los mismos e incluso de los cuadros, en definitiva y para el formato que está realizado, cumple su función de divulgador histórico, siendo una guía muy adecuada para asimilar el México antiguo y de hecho el arte de Pescador da una buena aportación al estilo documental y prehispánico, por lo que este cómic no decepciona a un lector en promedio.
El segundo tomo da por llamarse simplemente “La Conquista”.
De igualmente Ricardo Peláez Goycochea como autor gráfico de la Colección Historia Mínima de México, además de un muy renombrado historietista que tuvo sus inicios en el emblemático Taller del Perro que salió de la también legendaria revista “Gallito Comix”, al lado de autores como Edgar Clement, José Quintero y Pepeto, nos regala la siguiente entrevista sobre su participación en la el tomo de la colección mencionada arriba dedicada a la Conquista de México:
- La Conquista de México siempre ha sido un período controversial que de forma irónica aún está presente en nuestra sociedad actual y en específico ha sido constantemente retomada en la narrativa gráfica no sólo de México e Hispanoamérica, sino también en el cómic europeo: ¿A qué crees que se deba esta fascinación por una historia tan sanguinaria?
Creo que no hay periodo histórico que no tenga sangre, pero además el encuentro entre los dos mundos que significó la colonización de América por Europa encarna en sí mismo uno de los más importantes momentos de la historia de la humanidad en general. De ninguna manera creo que sea un tema que se pueda agotar. Al contrario, creo que hace falta reflexionarlo aún mucho más. Sobre todo desde la perspectiva de los vencidos.
- A la fecha hay varias versiones de la Conquista de México tanto por parte de cronistas españoles como Bernal Díaz del Castillo o como lo que fue la “Visión de los Vencidos” de Miguel León Portilla. A su vez se ha dicho que aún no se ha encontrado la realidad de los hechos. ¿Tú nueva novela gráfica pretende dar una versión propia de lo ocurrido o sólo dar a conocer dicho acontecimiento a través de la narración secuencial?
De ninguna manera es una versión personal. Es una guión elaborado por Francisco de la Mora (editor mexicano) a partir del escrito de Bernardo García Martínez de ese periodo histórico que aparece en la Nueva historia mínima de México del Colegio de México y realmente no hubo ningún margen para hacer ningún aporte en el contenido. De hecho creo que la obligación de apegarse tan fielmente al texto original es la peor limitación que tuvo la colección. Considero que el mejor acercamiento que se ha hecho desde la historieta a la historia de México es el que hizo la SEP con la Colección “México, historia de un pueblo” a principios de los 80. Se cumplía el propósito de conocer hechos históricos mediante una lectura amena y ágil.
- Actualmente existe una revaloración de la historieta histórica mexicana, autores como tú y el tapatío Sergio Vicencio han participado en la antología de “Nueva Historia Mínima de México”, nueva versión homónima en cómic de otra que ya existe en el Colegio de México y que se distribuye a través de Editorial Océano. En tu caso, dibujaste el segundo enfocado a “La Conquista”. ¿Qué nos podrías compartir de dicha experiencia en relación a las exigencias del Colegio de México y a la búsqueda de referencias para que se lograra dichos tomos que a criterio de muchos colegas son de los mejores gráficamente representados?
El COLMEX se preocupó más del apego al texto originario que de los aspectos gráfico-narrativos, para los cuáles realmente no tienen gente con los conocimientos necesarios. Y las referencias gráficas fue justamente la parte más complicada de este proyecto porque prácticamente todo lo que existe de iconografía son recreaciones contemporáneas.
- Hace unos meses en la Cómiteca de la Biblioteca Wigberto Jiménez Moreno de la Ciudad de León, Guanajuato José Luis Pescador presentó avances sobre su actual proyecto enfocado a una nueva novela gráfica sobre la conquista en la que ahora tiene mayor libertad creativa y utiliza referencias de autores como José Clemente Orozco que también tiene unos interesantes murales sobre dichos acontecimientos en la Ciudad de Guadalajara. ¿Cómo ha sido tu experiencia en otros proyectos en los que has tenido mayor libertad como narrador gráfico? ¿En específico como fue tu experiencia en el dibujo de la adaptación del Complot Mongol?
El Complot Mongol ha sido el proyecto más complejo y exigente en términos profesionales que he realizado, pues demandó todos mis conocimientos adquiridos a lo largo de años de dibujante y narrador gráfico: Dibujo anatómico, de escenarios, de personajes, de gestualidad, la narrativa con imagen y todas sus complicaciones… Si existieran grados académicos para el oficio del narrador gráfico, el Complot sería una suerte de Maestría.
Y la libertad que significó no tener realmente editor que supervisara el proceso de elaboración, no implicó no tener la enorme exigencia que demandó el proyecto.
- Y a tu criterio, como una especie de historiador gráfico en el que se puede decir que te estás convirtiendo, ¿Se ha dicho lo suficiente sobre la Conquista de México? ¿Aún falta llegar a nuevas conclusiones para llegar a un acercamiento más concreto a lo que verdaderamente ocurrió?
Como decía anteriormente, no creo que haya tema .por intrascendente que parezca- que, en manos de un buen guionista, no sea susceptible de ser revisitado. Y mucho menos en temas históricos. Ya sea para elaborar ficción o dilucidar la “verdad” de los hechos.
(Conitnuará)
Gerardo Martínez Acevedo «Efrén Bantú»