Cual rosa nació
al rocío abierta
en mañana fresca
de una primavera.
Como una alondra
a través del tiempo
no midió el espacio
por cruzar violenta.
Como el infinito
nació de la nada,
se adentró en mi alma
como una punzada.
Buscando la fuente
apagar la sed,
se miró en tus ojos
para comprender.
En tu boca roja
buscó la tibieza
de sus noches frías
llenas de tristeza
En tu alma blanca
llena de bondades,
recogió las mieles
de tus heredades.
Lloró la distancia
de los sueños idos,
de los años muertos,
de tiempos perdidos.
De llegar muy tarde
a la cita nuestra,
y sentir la yerta
y cerrada puerta.
Imploró caricias
pidió comprensión
para el destrozado
y pobre corazón.
y en sus horas solas
llenas de vacío,
pensó en tus tibiezas
y en tus amoríos.
Soñó que eras suya,
te llevó muy dentro
de su alma marchita
por sentir aliento.
En sus sueños locos,
soñó en lo divino,
de beber tu fuente
como un peregrino.
De saciar la sed
que lo consumía,
pues pensando en ello
siempre se dormía.
Soñó en el oasis
de altas palmeras
de la sombra esbelta;
En todas sus quimeras.
Bebió de la vida
que te sonreía,
sintió la alegría
que lo llenaría.
Y así, muy callado
se quedó dormido,
soñando despierto;
muriendo vivo.
Adán Azuara Espinoza