Ana y Bruno

El pasado 31 de agosto de 2018 se estrenó en todo México la cinta animada «Ana y Bruno» dirigida por Carlos Carrera, quien tiene en su haber un currículum harto interesante que incluye películas tan reconocidas como «El crimen del padre Amaro» y «La mujer de Benjamín»; el legendario cortometraje «El Héroe» que habla de un suicidio en el metro de la Ciudad de México; y en televisión trabajos que incluyen capítulos de «Terminales» y «Capadocia».

¿Y de qué va la historia? Basada en la novela gráfica «Ana» de Daniel Emil y Héctor Falcón y ambientada en la década de los 50’s, la cinta empieza mostrándonos a una familia que se dirige en automóvil a lo que aparentemente es un hotel a las orillas del mar. Se trata de la pequeña Ana (cuya voz hace Galia Mayer) quien está muy emocionada al ver que se acerca el final del viaje; la acompaña su madre Carmen (Marina de Tavira) y su padre, Ricardo (Damián Alcazar) quien porta constantemente un gesto de angustia. Al llegar al edificio Ana se apresura a descender hacia la playa ante la preocupación de su madre. Su padre no alcanza a despedirse de ella y se retira.

Pronto nos daremos cuenta de que esto no es un hotel sino un sanatorio mental y que el viaje de Ana apenas acaba de empezar.

La cinta demoró diez años en ser realizada y tuvo un costo de 104 millones de pesos, cantidad que para el cine nacional puede sonar fuerte pero que para las producciones europeas o para Hollywood va de baja a irrisoria. A la fecha ya ganó el Premio Quirino a Mejor Largometraje de Animación Iberoamericano.

Pero más allá de esta numeralia, de los galardones y de tratar de no echar a perder con spoilers la experiencia de ver la cinta me quiero referir, por un lado, a la recepción que ha tenido y por otro a las ideas que conforman esta maravillosa película: Para empezar, la fui a ver en su segundo fin de semana y la sala, lamentablemente, reunía sólo a unas veinte personas. El gran reto de exhibir en México no es la temática o la calidad, sino la distribución y la competencia feroz contra el cine de Hollywood. Ese fin de semana que la vi competía por el espacio en cartelera con «Teen Titans» y hoy que publicamos esta reseña lo hace con «La Sirenita». La crítica nacional en general no ha sido del todo benévola con la cinta, recurriendo al argumento de que «Da mucho miedo a los niños, pero no es suficientemente madura para los adultos» y en esto no estoy del todo de acuerdo.

Por otro lado, hablar de temas tan escabrosos como la pérdida de un ser querido, las adicciones, las enfermedades mentales, la frialdad del personal médico o la ruptura de la familia, podrá espantar a muchos, pero si algo tiene la literatura infantil es al público más exigente de todos: los niños demandan historias coherentes, donde puedan reflejar sus problemáticas, darles forma, comprenderlas y de alguna manera elaborarlas para crecer. En algún momento todos tenemos que enfrentar estas situaciones, ya sea en el plano personal o por alguien cercano, y la película habla de cuando esto ocurre a una edad muy temprana. Es difícil no compararla con «Coraline» o «Kubo», cintas animadas en donde vimos situaciones similares con una diferencia notable: los peligros que Ana (y Bruno) enfrentan son reales, forman parte de nuestra cotidianidad, de nuestros temores y nuestras pesadillas. En este sentido, muchas cosas serán evidentes para los niños, y para los adultos que los acompañen también, y creo que por esto hacemos empatía con los personajes.

Y hablando de los personajes el reparto es de lo más destacable: cada fisonomía, cada característica, por más extravagante que parezca, refleja rasgos de personalidad que a veces son claramente identificables, y a veces nos hablan directo al subconsciente. Bruno mismo, a quien vemos desde los avances y en la cartelera, es un «hombrecito verde» en cuya rápida forma de hablar y apariencia traviesa e inquietante, es un ejemplo de esto.

Aun están a tiempo de ir al cine a ver una cinta que se convertirá en objeto de culto, producto de la experiencia y talento de un gran equipo de realizadores, audaz y clara muestra de que en México se está produciendo animación de calidad, y que ahora nos toca a nosotros como público, el romper nuestros viejos paradigmas y acercarnos a ella al mismo tiempo con ojos maduros y con ojos nuevos.

 

Abraham Martínez Azuara «Cuervoscuro»

4 comentarios sobre “Ana y Bruno

  1. La tenía en el radar, cuando me di cuenta sólo habia una proyección en mi cine cercano y a esta semana ya no esta en ningún cine cercano, es lamentable más aún en Septiembre y con aquella campaña «apoya el cine mexicano»

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